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domingo, 14 de octubre de 2012

Patentan un DRM para restringir el uso de la impresión 3D

La impresión 3D es cada vez más popular, tanto como exponente de la cultura libre como tecnología clave para revolucionar el mundo industrial simplificando los sistemas de fabricación y reduciendo sus costes. Descargar un modelo CAD de una pieza de repuesto e imprimirla por nuestra cuenta es un cambio de paradigma que siguen algunos fabricantes o, incluso, está evaluando la NASA para que los astronautas puedan fabricar repuestos en la Estación Espacial Internacional. Sin embargo, esta nueva revolución industrial en la que todo está más accesible y el usuario se puede independizar de las grandes corporaciones comienza a no gustar en algunos sectores y, con la idea de cercar este movimiento, se ha patentado un sistema de DRM para su aplicación en la impresión 3D.

Thomas_Jefferson

Es increíble lo rápido que se intentan “poner vallas al campo” aunque, por ahora, lo único que se ha hecho es patentar el concepto de un DRM aplicable a las impresión 3D, es decir, cuando se use un CAD para imprimir una pieza o una carcasa o la reproducción de una obra de arte (el Smithsonian estaba digitalizando sus obras) la impresora deberá obtener una autorización electrónica antes de proceder a la fabricación. Dicho de otra forma, los esquemas y planos que utilizan las impresoras llevarán una especie de firma digital que obligará a las impresoras a obtener una clave que permita la utilización de dichos archivos CAD y, en caso de no obtenerse, la impresión será imposible.

En mi opinión estamos ante otro caso más de patentes orientadas a cercar una actividad que se está volviendo cada vez más popular (y accesible) que, por ejemplo, tiene ya una sección propia dentro de The Pirate Bay y que está haciendo cambiar la mentalidad de algunos fabricantes (que prefieren compartir sus diseños antes de enviar, a precios nada competitivos, los repuestos a sus clientes); un cambio cultural y de paradigma que no debiera detenerse mediante copyrights, DRMs y patentes.

Teniendo en cuenta el interés que suscita la impresión 3D en todos los ámbitos, me temo que al final este tipo de controles se terminen imponiendo (sumado a una regulación) con la idea de proteger el negocio de los recambios y repuestos que, con esta nueva ola, ve peligrar su histórica hegemonía (pensemos en los precios de algunos repuestos de automóviles). ¿Y cuál será la tendencia si se aplicase esta tecnología? Si los diseños llevan un DRM y, por tanto, necesitamos una autorización para usarlos, lo más seguro es que tengamos que pagar por usar el CAD (aunque tengamos que fabricarlo nosotros mismos).

Espero que el centro de investigación sobre impresión 3D que está desarrollando Estados Unidos no nos lleve por esta senda que parece encaminada a cortar de raíz una tecnología que tiene posibilidades de iniciar una nueva revolución industrial.





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