El estudio presentado esta semana en la Society for Neuroscience en Nueva Orleans arroja una nueva vía hacia la búsqueda de la “eterna juventud”. La donación de sangre joven a ratones de edad avanzada podría revertir algunos de los efectos de la edad relacionados con el deterioro cognitivo.
Y es que hace un año, Saul Villeda y un conjunto de investigadores de la Universidad de Stanford demostraron que podían estimular el crecimiento de nuevas células en el cerebro de los ratones de avanzada edad a través de la sangre de ratones jóvenes.
Ahora el equipo ha puesto a prueba los cambios en la cognición mediante la vinculación de los sistemas circulatorios de ratones jóvenes a viejos. Los investigadores explican que una vez que la sangre de cada ratón se había mezclado con éxito con la del otro, se analizaron sus cerebros. Según Villeda:
Sabíamos que la sangre tiene un enorme efecto sobre las células cerebrales, pero no sabíamos si sus efectos se extenderían más allá de la regeneración celular.
El tejido del hipocampo de ratones viejos con sangre joven mostró cambios en la expresión de 200 a 300 genes, sobre todo en aquellos involucrados en la plasticidad sináptica, la propiedad que emerge de la naturaleza y funcionamiento de las neuronas cuando éstas establecen comunicación y que modula la percepción de los estímulos con el medio, tanto los que entran como los que salen. Además, encontraron cambios en algunas proteínas implicadas en el crecimiento del nervio.
No sólo eso, la transfusión de sangre joven también aumentó el número y la fuerza de las conexiones neuronales en un área del cerebro donde las células nuevas no crecen. El equipo explica que esto no ocurría cuando los ratones de avanzada edad recibían sangre vieja.
Para averiguar si estos cambios mejoraban realmente la cognición, los investigadores dieron a 12 ratones viejos 8 disparos intravenosos de plasma de sangre, tanto de ratones jóvenes como viejos, en el transcurso de un mes. Según Villeda:
La razón por la que utilizamos plasma en lugar de sangre completa se debe a que queríamos excluir cualquier efecto producido por las células de la sangre.
Luego se pasó a un test donde los ratones participaron en una tarea de memoria estándar para localizar una plataforma escondida en el agua. Los ratones de avanzada edad que habían recibido el plasma sanguíneo joven encontraron la plataforma mucho más rápido que los ratones que recibieron el plasma sanguíneo viejo. Los análisis posteriores indicaron que la sangre joven tiene un efecto específico en el área del cerebro asociado con las tareas que activan el hipocampo.
Aunque el estudio no identifica factores individuales responsables de los efectos rejuvenecedores del plasma joven, Villeda tiene la esperanza de que los resultados ofrezcan en el tiempo una vía a los seres humanos desde los componentes de la sangre.
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