Hace un rato hablábamos de la impresión 3D y de sus cualidades como método de fabricación rápido, flexible y de bajo coste que puede marcar un punto de inflexión y provocar una nueva revolución industrial (por mucho que algunos quieran cortar esta vía añadiendo DRM a los diseños). La creatividad no tiene límites y la impresión 3D es un potente vehículo que nos puede hacer marchar por sendas innovadoras y cambiar la forma en la que desarrollamos prototipos o fabricamos objetos cotidianos, como por ejemplo, una guitarra acústica.
La primera guitarra acústica fabricada a partir de la impresión 3D es obra de Scott Summit, un diseñador industrial que está revolucionando el sector de las prótesis ortopédicas desde Bespoke, la compañía que ha fundado y en la que ejerce de CTO. Summit trabaja en el diseño de prótesis y las fabrica mediante impresión 3D, que le permite bastante libertad de personalización a los pacientes que las utilizan. Teniendo en cuenta este expertise, Summit dedicó sus vacaciones a cumplir con un viejo sueño de juventud: tener una guitarra acústica como las que tenía Jerry García.
Siempre quise tener una guitarra de 3.000 dólares como las que hubiera tocado Jerry García
Cuando era un crío, Summit empleó 100 dólares en comprar madera y otros materiales para construir su propia guitarra pero resultó un desastre pero, años después, este experto mundial en impresión 3D ha sido capaz de diseñar y fabricar (recurriendo a los servicios de la empresa 3D Systems, que se dedica al prototipado en 3D) una guitarra acústica plenamente funcional que, además, suena bien (o al menos eso afirma después de probarla).
La idea de este diseñador industrial es que este prototipo no sea la única guitarra acústica fabricada por este método (existen guitarras eléctricas impresas en 3D también) y quiere perfeccionar el diseño para ser capaz de controlar la tonalidad y que esto sea un parámetro que se pueda seleccionar dentro del diseño (de manera que el usuario pueda solicitar una guitarra con tonos más graves o más agudos a voluntad y generar el CAD necesario para fabricarla).
La guitarra, al final, ha cumplido doblemente el sueño de Summet porque, además de proporcionarle el instrumento que quería, el precio del prototipo ha rondado los 3.000 dólares.
Un proyecto bastante curioso, sobre todo si tenemos en cuenta que Sommet lo llevó a cabo durante sus vacaciones.
Imagen: Bloomberg
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