Una mandíbula artificial creada a partir de la tecnología de impresión 3D con polvo de titanio y recubierta de plasma y hueso artificial. No es ciencia ficción, es el último avance en torno a este tipo de tecnología que podría revolucionar la cirugía con un tipo de intervención hasta cinco veces más rápida que la “ordinaria” y con unos resultados “a medida”.
El caso adquiere más relevancia si tenemos en cuenta la edad de la mujer intervenida. Con 83 años, las personas mayores tienen un mayor de grado de dificultad en las operaciones quirúrgicas. Las operaciones quirúrgicas tardan una media de 10-20 horas no sin un grado alto de complicaciones. Quizá a partir de ahora la tecnología de impresión en 3D lo cambie todo.
El anuncio lo ha dado la Universidad de Hasselt (Bélgica) en una operación entre científicos belgas y holandeses. La operación, una sustitución de la mandíbula inferior por un modelo de impresión en 3D, ha sido un rotundo éxito. El primero de este tipo en el mundo.
Cuentan los científicos que la mandíbula de la anciana estaba muy infectada y necesitaba de un transplante. Teniendo en cuenta la edad de la paciente, la cirugía “clásica” de reconstrucción microquirúrgica llevaría excesivo tiempo con un alto riesgo. Por esta razón se necesitaba de un implante a medida como mejor opción.
En la mayoría de casos es necesario unos días para producir un implante a medida, no así con la tecnología de impresión en 3D, la cual sólo necesita de unas pocas horas.
Lo que hizo la técnica fue imprimir capas de titanio en polvo capa por capa mientras un láser controlado por un ordenador aseguraba que las partículas se enlazaran o fusionaran de manera correcta. Con la impresión 3D se necesitan menos materiales y el tiempo de trabajo es mucho más corto que en el método tradicional.
Finalmente a la mandíbula creada se le dio un revestimiento de biocerámica compatible con el tejido de la paciente. El resultado, una mandíbula artificial de 107 gramos, de tan sólo 30 gramos más que una natural y de la que se espera que la paciente se acostumbre fácilmente.
Según el profesor Jules Poukens, de BioMed:
La tecnología informática está causando una revolución en la industria médica. Una cirugía tradicional puede tardar hasta 20 horas y el paciente debe permanecer entre 2 y 4 semanas en el hospital. Con esta tecnólogía, la operación duró 4 horas y el paciente puede volver a su casa después de cuatro días.
Tras el éxito de la operación y una vez demostrado el proceso, se espera que este tipo de implantes lleguen a otros lugares. Una revolución que promete la creación e implantación de partes de nuestro cuerpo de forma artificial, acortando los períodos de espera en cirugía hasta un 75%.
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