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lunes, 13 de febrero de 2012

Harvard halla los secretos moleculares de un remedio herbal con más 2.000 años de antigüedad


La conocida comúnmente como Chang Shan, un extracto de raíz utilizada por herbolarios chinos durante cerca de dos mil años, hasta ahora había sido utilizada para tratar la Malaria. Ahora, esta planta milenaria podría ser un remedio contra muchos trastornos autoinmunes. Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Facultad de Odontología en Harvard han descubierto los secretos moleculares que subyacen en el extracto de hierbas.

Chang Shan pasa por ser un extracto de la raíz de un tipo de hortensia que crece en el Tíbet y Nepal. Ahora y tras la investigación, los estudios sugieren que la halofuginona, compuesto derivado del ingrediente bioactivo de la planta, podría tratarse para tipos de trastornos autoinmunes.

La razón según cuenta la investigación publicada en Nature, se debe a que la halofuginona (HF) desencadena una vía de respuesta al estrés que bloquea el desarrollo de una clase perjudicial de células inmunes llamadas células Th17, las mismas implicadas en muchos de estos trastornos.

Según Malcolm Whitman, profesor de biología en Harvard y autor principal de este nuevo estudio:

El HF evita que la respuesta autoinmune se produzca por completo. Este compuesto podría inspirar nuevos enfoques terapéuticos para una gran variedad de enfermedades y trastornos autoinmunes. El estudio es un ejemplo interesante sobre cómo el mecanismo molecular de la medicina herbaria tradicional puede llevar tanto a nuevos conocimientos sobre la regulación fisiológica como a nuevos enfoques para el tratamiento de enfermedades.

Y es que previamente se habían llevado a cabo investigaciones que mostraban que la halofuginona reducía cicatrices en los tejidos, la esclerodermia, la esclerosis múltiple e incluso la progresión de tipos de cáncer.

El nuevo hallazgo fue posible cuando los investigadores estudiaron cómo la HF se activaba en la ruta del aminoácido o AAR, observando el proceso básico donde las células traducen el código de un gen de ADN en la cadena de aminoácidos que conforman una proteína.

Los investigadores encontraron en un solo aminoácido (la prolina) que la HF dirige e inhibe una enzima en particular, tRNA, responsable de la incorporación de prolina en las proteínas que normalmente lo contienen. Cuando esto ocurría, se producía la respuesta del aminoácido y se producían los efectos terapéuticos del tratamiento con HF.

Los investigadores creen que el tratamiento con HF imita la privación celular de la prolina, activando la respuesta de AAR y que posteriormente afecta a la regulación inmune. Un hallazgo que a partir de ahora se centrará en conocer el papel que juega en la inhibición de la producción de Th17 y sus potenciales usos como fármacos contra enfermedades inmunes.





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