Siempre hay que tomar esta clase de estadísticas con un grano de sal, pero las conclusiones del reciente estudio de Crittercism no parecen dejar lugar a dudas: el porcentaje de aplicaciones que se cierran inesperadamente en iOS es mucho mayor que en Android.
No puedo decir que me extrañe, teniendo en cuenta, por ejemplo, lo engorroso de su gestión de memoria, incluso con el nuevo ARC (Automatic Reference Counting), que puede hacer que muchos programadores inexpertos, y no tan inexpertos, tengan problemas. De hecho, mi propia experiencia coincide en que iOS 5.0.1 es preocupantemente inestable.
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