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domingo, 27 de mayo de 2012

VaticanLeaks: las filtraciones de documentos del mayordomo personal del Papa

Desde principios de año, las altas esferas del Vaticano estaban viendo cómo se publicaban en diversos medios de comunicación documentos y cartas de carácter confidencial cuyos destinatarios eran el Papa Benedicto XVI y su secretario personal. Este hecho provocó una investigación que el mismísimo Benedicto XVI ordenó y que tuvo como resultado la detención de una persona el viernes como responsable de este caso que ha recibido el nombre del VaticanLeaks. En los primeros momentos el Vaticano no comunicó el nombre del detenido aunque los rumores apuntaban a Paolo Gabriele, el ayudante de cámara o mayordomo del Papa, un hecho que se ha terminado confirmando y del que, además, se ha informado que guardaba en su casa cajas con información confidencial y material para reproducir y digitalizar los documentos.

Paolo Gabriele, el mayordomo del Papa Benedicto XVI, fue detenido el jueves por la tarde acusado de ser “El Cuervo”, nombre en clave que se le ha dado a la fuente de estas filtraciones que han estado poniendo en evidencia las luchas de poder y casos de corrupción existentes en las altas jerarquías del Vaticano y la Curia Romana. El golpe ha sido bastante duro, algo que confirmaba el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, porque Gabriele es una de las 9 personas laicas (no religiosas) más cercanas al Papa y vivían prácticamente con él en su apartamento (lo que se conoce como la “familia pontificia”):

En el Vaticano todos le conocen. Hay estupor y dolor, y gran afecto a su familia, que es muy querida

¿Y por qué tanta conmoción y repercusión? Paolo Gabriele, mayordomo personal del Papa Benedicto XVI desde el año 2006 y que, por tanto, era la persona encargada de ayudarle a vestirse, servirle el desayuno o administrarle sus medicinas, se enfrenta a una acusación de robo de correspondencia a un jefe de Estado, un delito que tiene una pena de hasta 30 años de cárcel y se considera equivalente al de atentar contra la seguridad del Estado.

Por lo poco que ha podido trascender, Gabriele, que posee doble nacionalidad Vaticana e Italiana y residía en el micro-estado junto a su familia, sigue estando bajo custodia de la Guardia Suiza del Vaticano y no ha declarado nada en los interrogatorios a los que ha sido sometido, manteniéndose en silencio sin admitir culpa alguna. No obstante, según las últimas informaciones que circulan, un registro realizado en su casa habría dado como resultado el hallazgo de cajas con fotocopias de cartas personales del Papa y materiales para realizar fotografías y reproducciones de documentos.

Según se ha podido saber, cuando el Papa o su secretario personal se encontraban en alguna audiencia o se ausentaban de sus despachos, Paolo Gabriele entraba a sus dependencias y fotografiaba los documentos. Precisamente, a raíz de la publicación de un libro con parte de estos documentos, los investigadores de la Gendarmería Vaticana y los miembros de la Secretaría de Estado se dieron cuenta que se habían publicado cartas confidenciales que ni siquiera habían pasado por la Secretaría de Estado, un detalle que hizo pensar que “El Cuervo” debía ser alguien del círculo de confianza del Papa.

Tras someter a interrogatorios a los dos secretarios del Papa y las cuatro monjas que están dentro de la familia pontificia y no obtener pista alguna, las investigaciones se centraron en la parte laica de la familia del Papa (que según el Portavoz del Vaticano se encuentra muy afectado) y el interrogatorio de Paolo Gabrielen fue el que más incongruencias arrojó.

¿Y ahora qué? Sobre el futuro de Gabriele poco se sabe todavía aunque todo apunta a que pasará a disposición judicial y será juzgado por un delito muy cercano al terrorismo. La cuestión que nadie acierta a aclarar es el móvil por el cual una de las personas de confianza del Papa y, por tanto, uno de los cargos de confianza del Pontífice ha realizado estas filtraciones (si realmente ha sido él la persona que las ha hecho). Una de las primeras voces en hablar sobre el tema, y descartar que el mayordomo del Papa trabajase solo, ha sido un Obispo que se ha mantenido en el anonimato que se atribuye haber sido confesor de Gabriele y declaró al diario La Stampa:

Gabriele ama tanto al Papa que no lo traicionaría nunca. Conozco a Paolo desde hace años. Lo seguí espiritualmente y puedo testimoniar que encontré a una persona amante de la Iglesia y dedicado a los papas, antes a Juan Pablo II y ahora a Benedicto XVI

De hecho, se barajan tres teorías sobre el móvil de Gabriele. Por un lado, la primera de las teorías es la económica puesto que las filtraciones han sido una lucrativa fuente de negocio para los medios de comunicación que han publicado estos documentos y, de hecho, ha dado hasta para que el periodista Gianluigi Nuzzi escribiese un libro. Por otro lado, algunas voces apuntan a que Gabriele habría emprendido una especie de cruzada personal para sacar a la luz los casos de corrupción y forzar una especie de limpieza en el seno de la Iglesia.

Sin embargo, la tercera de las tesis, y la que me parece más probable, es que Paolo Gabriele no sería más que una cabeza de turco de un complot mucho más amplio en el que estarían implicados miembros de la alta jerarquía eclesiástica que pugna con el gabinete más cercano al Papa Benedicto XVI y que estaría intentando salpicar al círculo más cercano al Papa y al propio Pontífice para posicionarse cara a la sucesión del Papa.

Dudo mucho que lleguemos a saber la verdad de todo este asunto pero, bajo mi punto de vista, Gabriele podría ser un títere cuyos hilos son manejados por una lucha interna de poder dentro del Vaticano.





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