“Si un famoso no te regaña en redes sociales, fracasaste como blogger”, bromeó Luis Reséndiz (@lapetitemachine) en Twitter, colaborador de Índice, un blog de cultura pop recién acogido por el diario mexicano Milenio. Reséndiz publicó el jueves el artículo “Aetheric Mechanics: un elogio de lo sherlockiano”, en el cual alabó la obra homónima de Warren Ellis. En su entrada original, Luis incluyó un enlace para descargar el cómic en formato CBR, con la finalidad de que los lectores pudieran acceder a la pieza.
Al día siguiente, Reséndiz recibió una mención de Ellis. Una persona había contactado al autor del cómic para avisarle que su obra estaba disponible para descarga en el blog. Warren se molestó y amonestó al blogger por dicha acción. Reséndiz se disculpó con el autor y retiró el enlace, no sin aclararle que lo había hecho porque es admirador de su trabajo. Quienes conocemos a Luis bromeamos un poco acerca del incidente y lo dejamos (en ese momento) como algo anecdótico. “Pero sí, sigan votando en contra de leyes como SOPA o ACTA y criminales como @lapetitemachine seguirán haciendo sus fechorías”, ironizó Carlos Hinojosa, blogger de Celularis.
Entre los comentarios, leí una conversación breve en Twitter entre Reséndiz y Jorge Pinto, autor del webcómic “Bunsen: un cómic de ciencia y chocolate”. Palabras más, palabras menos, Pinto cuestionó al blogger sobre si no se le hizo inapropiado subir “piratería” al blog; sobre todo, considerándose de un espacio en un periódico nacional. Reséndiz dijo que no, ya que no existe una ley en México que diga que el intercambio digital de imágenes está prohibido -un archivo .cbr es, básicamente, un compilado de imágenes-.
“Es la obra de un artista que sabes que está en venta. Y lo pirateas en un blog corporativo”, señaló Pinto. Reséndiz respondió había visto que en “El País” habían enlazado a torrents de la serie y reafirmó que no creía que estuviera mal hacerlo en su blog. “Si crees que lo que hiciste fue 100% correcto, ¿por qué lo quitaste?”, reviró Pinto. El blogger aclaró que retiró el enlace por la petición de Ellis, por lo que Pinto cuestionó la modificación del artículo. “Lo profesional sería explicar que subiste links a piratería y que te pidieron que no lo hicieras”, cerró el dibujante.
En algún momento, yo me metí en la conversación (a ambos les sigo en Twitter y soy admirador de sus respectivos trabajos) y les comenté que los bloggers suelen enlazar a búsquedas de Google, no directamente a la descarga. También les señalé que, desde mi perspectiva, el compartir la obra de Ellis podría incluirle más beneficios que daños al autor. Creo que el incidente y la conversación dejan muchos puntos para el aprendizaje, los cuales resumiré a continuación:
-
Enlazar a una descarga no es ilegal. Reséndiz tiene razón: el intercambio de archivos no está penado por ley. Si acaso, la discusión debe moverse al tono moral -el que asumió Pinto- sobre los derechos de explotación comercial de la obra.
-
Enlazar a una descarga no es piratería. En ese sentido, sí reprocho en discurso de Pinto. No existe una intención de lucro directa con la obra de Ellis. El blogger dejó claro que se trataba de una cuestión de difusión (me atrevería, incluso, a decir que es un reconocimiento al autor). El mismo Pinto pone la línea en uno de sus tweets, diciendo que lo defiende si es en un blog personal, pero no en uno como el de Milenio. ¿Dónde (y quién) traza ese límite?
-
La principal razón para no enlazar a descargas en un blog es, precisamente, el lío de derechos de autor. Por un lado, los buscadores suelen penalizar ese tipo de acciones; por otro, se pueden suscitar incidentes como éste. A Reséndiz le salió barato, porque otro autor más quisquilloso podría haber iniciado un proceso judicial. El intercambio de archivos no es crimen (ni debe serlo), pero eso no implica que no haya mecanismos que lo hagan castigable.
-
Coincido con Pinto en que la labor de Reséndiz quedó incompleta. Lo justo, desde mi perspectiva, habría sido incluir un enlace a Amazon para comprar la obra. También estoy de acuerdo en que la corrección debió ser evidente, para darle contexto y testimonio al lector. (Al final, Reséndiz sí anunció que haría la aclaración pertinente)
Estoy un poco más del lado de Reséndiz que de Pinto por una cuestión: la descarga no es necesariamente perjudicial. A propósito, recomiendo un texto sobre el término “economía de la abundancia” de Antonio Martínez. Él afirma que la copia digital permite la abundancia, por lo que hay que enfocarse en la explotación comercial de la escasez. Es el principio que explica que el intercambio de archivos de música no está matando a los creadores, sino que reordena el modelo de negocio (en ese caso, se gana menos por ventas en discos pero más en conciertos). También hay que recordar el estudio de London School of Economics que señala que la mayoría de los discos que se descargan no iban a ser comprados originalmente, por lo que el impacto comercial es prácticamente nulo.
Si se extrapola al caso de Ellis, habría sido mejor que su obra fuese difundida. Simple: para comprar hay que conocer. En mi caso, yo adquirí “Un mexicano en cada hijo te dio” cuando supe que artistas como Pinto participaban en el libro; y a él lo conocí gracias a su excelente webcómic. Estoy seguro que no soy el único. El regaño de Ellis es un reclamo que defiende un modelo que va quedándose obsoleto. Penalizar el intercambio de archivos, considerarlos piratería, es seguir el juego; como también lo es quedarse en el modelo de “todo en Internet es gratis” en lugar de “todo en Internet debe tener una justa retribución”. Si no, bueno, estamos condenando leyes opresoras mientras nos ponemos solos las cadenas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario