Desde que WikiLeaks comenzó a sonrojar a Estados Unidos con las filtraciones de los cables diplomáticos y la información procedente de las operaciones de Irak y Afganistán, se estrechó el cerco alrededor de Julian Assange, principal responsable del sitio web, y surgió una acusación en Suecia relativo a un supuesto delito sexual que podría ser el primer paso para que Estados Unidos solicitase su extradición para juzgarlo por las filtraciones. Desde hace 540 días, Assange ha estado bajo arresto domiciliario en Reino Unido a la espera de que la justicia británica aprobase o rechazase el recurso de Assange contra su extradición a Suecia, un hecho que ha sucedido hoy y que, como era de esperar, la justicia británica ha fallado a favor de la extradición aunque ha dejado la puerta abierta a reabrir el caso y celebrar un nuevo juicio.
El Tribunal Supremo de Reino Unido confirmó que era procedente la orden de extradición a Suecia (por cinco votos frente a dos), donde la justicia sueca le reclama para interrogarle como sospechoso de 4 delitos sexuales. Más o menos, viendo todo lo acontecido en este caso, todo el mundo pensaba que el Tribunal daría luz verde a la extradición, sin embargo, aunque lo ha hecho también ha abierto la puerta a continuar el caso con otro recurso más para volver a reabrir el caso en el mismo Tribunal Supremo.
La solicitud de extradición de Assange ha sido efectuada legalmente y su apelación contra la extradición es por consiguiente rechazada
El juez Phillips, portavoz del tribunal formado por 7 jueces, además de leer la sentencia ha otorgado a la defensa de Assange, encabezada por a abogada Dinah Rose, dos semanas de plazo para que presenten toda la documentación necesaria para reabrir el caso y solicitar un nuevo juicio, esta vez en el Tribunal Supremo.
¿Y cómo han conseguido dos semanas de plazo para solicitar la reapertura del caso? La defensa de Assange ha argumentado que la decisión del tribunal se basa en una interpretación de la Convención de Viena que no ha sido discutida durante el juicio, es decir, los jueces han interpretado la norma a la hora de redactar la sentencia. Abriendo la puerta a la repetición del juicio, la defensa podría plantear objeciones o matices a la norma cara a buscar nuevos resquicios legales que paralicen la orden de extradición.
De todas formas, aunque la noticia es muy buena y han conseguido paralizar la maquinaria judicial hasta el 13 de junio, el Tribunal Supremo podría rechazar la petición de reapertura del caso y ratificar la decisión adoptada. Aunque el Tribunal Supremo de Reino Unido se ratificase en su decisión, no todo estaría aún perdido para Assange y su defensa podría recurrir al Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo que, en el caso de aceptar a trámite el caso, paralizaría la ejecución de la orden de extradición a Suecia.
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