Evolución de los casos de rubeola en los Estados Unidos tras la introducción de la vacuna en 1969
Muy reveladores los gráficos que se pueden ver en Battling Infectious Diseases in the 20th Century: The Impact of Vaccines acerca del impacto de la introducción de las vacunas contra ciertas enfermedades contagiosas en los Estados Unidos en el siglo XX; los datos son de Project Tycho.
Creo que hay pocas dudas acerca de lo que significan los gráficos, aunque se puede pasar el cursor del ratón sobre ellos para ver los datos de cada estado y año en casos por cada 100 000 habitantes.
La tendencia es obvia: los casos de sarampión, hepatitis a, paperas, tosferina, polio, rubeola y viruela se desploman después de que se comenzaran a aplicar las vacunas.
Es una pena, de todos modos, que en el gráfico del sarampión (measles) los datos no lleguen hasta 2014, pues se ha producido un récord de casos desde 1990 gracias a los movimientos antivacunas.
Aunque en España los casos han repuntado tras la retirada de la vacuna de las farmacias por parte de las autoridades sanitarias, una decisión bastante polémica.
Así que toca repetirlo una y mil veces más: las vacunas salvan vidas.
Y no, no hay ninguna relación entre vacunas y autismo; el estudio de Andrew Wakefield sobre esto que es casi como la biblia de los antivacunas resultó ser un fraude; estudios posteriores como uno realizado con datos de 1,3 millones de niños no hicieron sino confirmar que lo era.
Más en detalle:
- No hay relación entre vacunación y autismo.
- No hay relación entre vacunación y trastorno del espectro autista.
- No hay relación entre autismo o trastorno del espectro autista y la vacuna triple vírica.
- No hay relación entre autismo o trastorno del espectro autista y el timerosal [un conservante derivado del mercurio que se usa en vacunas].
- No hay relación entre autismo o trastorno del espectro autista y el mercurio [agente al que los antivacunas acusan de provocar autismo].
- Los resultados de este metaanálisis sugieren que las vacunas no están asociadas con el desarrollo de autismo o trastorno del espectro autista.
Pero ojo, no solo el movimiento antivacunas tiene la culpa de esto; también ayudan la ignorancia frente a las consecuencias de algunas de estas enfermedades, casi olvidadas ya, y ciertos movimientos de medicinas alternativas, tal y como se puede leer en Vacunas contra la insensatez.
Directamente relacionado con el desconocimiento acerca de las enfermedades en Alemania están teniendo brotes de sarampión diez veces peores que el que recientemente tuvo como epicentro Disneyland y Disney California Adventure Park en California porque muchos adultos no recibieron jamás sus dosis de refuerzo pues sus padres consideraban que el sarampión era una cosa del pasado.
La carencia de controles estrictos en cuanto al cumplimiento de los calendarios de vacunación por parte de las autoridades sanitarias entre 1970 y 1990 aproximadamente también ha contribuido en esto; de hecho la mayor parte de los infectados en Alemania son adultos, aunque los expertos alemanes dicen que muchos niños también están mal vacunados en la actualidad por la falta de esas dosis de recuerdo o porque se les vacuna demasiado tarde.
Vamos, que si tienes acceso a las vacunas, y este es otro tema en el que nos queda mucho que hacer como especie, no solo hay que vacunarse, sino que hay que hacerlo bien.
(Los gráficos, vía @javisalas).
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