6 semanas bajo un cielo permanentemente nocturno y -40ºC. Este es el estado del RV Lance, un buque de investigación cuyo objetivo es conocer más detalles sobre nuestro polo norte y el calentamiento global.
El buque de investigación noruego RV Lance lleva ya 6 semanas atrapado bajo la oscuridad polar, a temperaturas sencillamente increíbles y expuesto a todo tipo de peligros. Desde osos polares a la capacidad letal del hielo, los científicos que forman parte de la dotación están esperando a que las placas de hielo les lleven a otra parte. Mientras tanto aprovechan para hacer sus investigaciones. Su mundo es uno completamente distinto al del resto de científicos. Son la punta de flecha en una parte del mundo completamente helada y su misión no es otra que enfrentarse al ambiente extremo para poder entender un poco mejor cómo está cambiando el mundo.
La misión del RV Lance
Pero el RV Lance no se ha quedado atrapado por casualidad. Los investigadores noruegos son famosos por sus prolíficos estudios sobre el polo norte. Y este no es sino otro de dichos estudios. El objetivo de su misión, liderada por Harald Steen, no es otro que tratar de comprender que pasa en el mar helado durante el invierno. Casi todos los datos obtenidos hasta la fecha proceden de las campañas de primavera y verano, cuando el ambiente es bastante menos hostil. Pero eso provoca una notable falta de información sobre todo lo relacionado con el invierno polar. El RV Lance, por tanto, lleva ya seis semanas atrapado a propósito para investigar el ciclo de vida de las especies que bajo las aguas congeladas. O incluso encima de las mismas, porque los osos polares y otras especies sienten verdadera curiosidad por el buque.
El rompehielos Svalbard se dirige hacia el Lance con suministros. Fuente: NatGeo
Tanto es así que ponen en serio peligro a la tripulación y han de ser ahuyentados con bengalas o mediante disparos de aviso. Pero estos no son los únicos peligros. El RV Lance se enfrenta cada día a un frío capaz de destruir por completo el equipo técnico. Cables deshechos por el temporal, circuitos completamente arruinados por las temperaturas y material sencillamente inaccesible son algunos de los impedimentos. Y por supuesto, el frío puede matar a una persona en pocos minutos si no lleva la protección adecuada. Aún así, los investigadores siguen incansables su trabajo. En estos momentos comienzan a prepararse para el siguiente paso: la liberación del buque. EL hielo pronto comenzará a flotar a la deriva y el RV Lance se marchará con él para comprender mejor su ciclo natural. Parece que los meses de oscuridad eterna en el polo comienzan a dejar un resquicio de luz.
Peligro para el polo
Los datos sobre el hielo polar de los últimos años son bastante alarmantes. En 2012, por ejemplo, se detectó la menor extensión de este mar hasta la fecha. Esto no es algo superfluo ya que la generación de esta enorme placa de hielo es importante para el ciclo energético de la tierra. El sol se refleja en este enorme panel natural de manera que parte de la energía es "rebotada". Sin su extensión normal, gran parte del calor se queda en nuestra atmósfera, provocando un aumento más notable de la temperatura. Efectivamente, perder extensión en el hielo polar supone un aumento del calentamiento global. Y un aumento del calentamiento global implica perder más hielo. Este hecho es uno de los de principal interés para el RV Lance ya que se tienen muy pocos datos de la evolución del hielo durante los meses más fríos.
El RV Lance en el hielo, mientras se hacen los preparativos. Fuente: NPI
Aún a pesar de la importancia de la investigación, solo un buque se ha atrevido a realizar la misma operación que el RV Lance antes que él. El mítico Fram se dejó encallar en el hielo en 1893 para comprobar como viajaba el hielo a la deriva. Hoy día la investigación pretende desvelar muchos más datos sobre los ciclos naturales del ecosistema, tanto del hielo como de las especies que lo habitan. Así podremos comprobar hasta que punto está cambiando el mundo y en que nos podrá afectar en un futuro inmediato. Pero para ello no hay más remedio que pasar 6 semanas atrapado bajo un cielo sin sol y a menos 40 grados en mitad de un mar helado. Por suerte, este cautiverio voluntario ya está llegando a su fin.
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