Se trata de un nuevo avance en un tipo de implante que no necesita de carga externa. Un equipo de cirujanos asesorados por el MIT ha desarrollado un chip cóclea que extrae las señales eléctricas desde el oído para utilizarlas como carga.
Un chip que forma parte parte de las últimas invenciones destinadas a ser implantes autosuficientes y con capacidad de auto-carga, eliminando la necesidad de alimentación externa y permitiendo la implantación quirúrgica permanente en muchos casos.
Los implantes cocleares han existido durante décadas, de hecho, la primera estimulación eléctrica de los nervios auditivos tuvo lugar en los años 50. Un éxito que ha perdurado durante años y al que hasta ahora, con cientos de miles de personas con dificultades auditivas severas, todos necesitaban de baterías externas para la carga.
La idea de los investigadores del MIT es modificar para siempre este tipo de implantes por una batería natural que está latente dentro de la oreja. Según Konstantina Stankovic, cirujana en Massachussetts:
En el pasado, la gente pensaba que el lugar donde se encuentra el potencial auditivo del oído es inaccesible para los dispositivos de implante. Se pensaba que era potencialmente peligroso esta manera de invadir la zona. Sabemos desde hace 60 años que esta batería existe y que es muy importante para la audición normal, pero nadie ha intentado utilizarla esta como batería útil.
Lo conseguido por los investigadores convierte la fuerza mecánica de la vibraciones del tímpano en señales de electroquímica transmitidas al cerebro. El equipo de Stankovic utiliza para ello chips electrónicos diminutos, todos equipados con varios electrodos de baja resistencia y un transmisor de radio de baja potencia. Aunque el oído interno es capaz de producir una corriente eléctrica significativa, todavía es muy baja, por lo que los investigadores sólo podían extraer un poco a fin de mantener una carga baja y no interferir con la audición. Finalmente utilizaron un circuito de conversión de potencia para ayudar a alimentar el chip de bajo consumo.
Un implante que ha resultado un éxito en las primeras pruebas con animales y al que ahora le espera un desarrollo en la búsqueda de dispositivos más pequeños y menos invasivos. Unos primeros resultados esperanzadores que sugieren que los implantes cocleares en el futuro podrían llegar a transmitir estadísticas vitales biológicos con las que llevar un seguimiento de la terapia.
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