Artículo publicado por Francis Reddy el 25 de octubre de 2012 en NASA
Un segunda ojeada a los datos del Telescopio Espacial Hubble está reabriendo el debate sobre la existencia de un exoplaneta gigante en las inmediaciones de la estrella Fomalhaut. El estudio sugiere que el planeta, denominado Fomalhaut b, es un objeto raro y posiblemente único que está completamente rodeado de polvo interestelar.
Fomalhaut es la estrella más brillante en la constelación de Piscis Austrinus y se encuentra a 25 años luz.
En noviembre de 2008, los astrónomos del Hubble anunciaron el descubrimiento del exoplaneta llamado Fomalhaut b, el primero en ser fotografiado directamente en el espectro visible alrededor de otra estrella. El objeto fue fotografiado en el interior de un vasto anillo de escombros que, aunque desplazado respecto al centro, rodeaba a la estrella de referencia. La situación del planeta y su masa (no más de tres veces la de Júpiter) parecían las adecuadas para que su gravedad diese explicación a la aparición del anillo.
Estudios recientes llegaban a la conclusión de que esta interpretación planetaria era incorrecta. Basados en el movimiento aparente del objeto y en la ausencia de una detección infrarroja con el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, argumentaban que el objeto era una nube de partículas de vida corta que no estaba relacionada con ningún planeta.
Sin embargo, un nuevo análisis resucita la hipótesis de la existencia del planeta.
“A pesar de que nuestros resultados cuestionan el primer estudio realizado sobre el descubrimiento, lo hacen de tal forma que, en realidad, aportan una interpretación más clara sobre el objeto, pero respetando su esencia: que Fomalhaut b es efectivamente un planeta masivo”, afirma Thayne Currie, astrónomo anteriormente vinculado al Centro de Vuelo Espacial Goddard (Goddard Space Flight Center) de la NASA en Greenbelt, Maryland, y ahora en la Universidad de Toronto.
El estudio sobre el descubrimiento decía que el brillo de Fomalhaut b variaba en un factor de dos y resaltaba esto como una evidencia de que el planeta presentaba gas en acreción. Luego, estudios posteriores interpretaron esta variabilidad como una evidencia de que el objeto podía ser en realidad una nube de polvo transitoria.
En el nuevo estudio, Currie y su equipo volvieron a analizar las observaciones de la estrella hechas por el Hubble entre 2004 y 2006. Recuperaron la opción planetaria a partir de observaciones hechas a longitudes de onda en el visible cerca de los 600 y 800 nanómetros, y consiguieron una nueva detección en luz ultravioleta cerca de los 400 nanómetros. A diferencia de la investigación original, el equipo descubrió que el planeta permanecía con un brillo constante.
El equipo intentó detectar Fomalhaut b en el infrarrojo usando el Telescopio Subaru en Hawái, pero no lo consiguieron. Las detecciones fallidas usando Subaru y Spitzer implican que Fomalhaut b debe tener menos de dos veces la masa de Júpiter.
Otro asunto muy discutido ha sido la órbita del planeta. Si Fomalhaut b es el responsable del desplazamiento lateral del anillo y de su límite interior tan marcado, entonces debe seguir una órbita alineada con el anillo y ahora debe estar moviéndose a su velocidad más lenta. La velocidad implícita en el primer estudio parecía ser demasiado rápida. Además, algunos investigadores sugieren que Fomalhaut b sigue una órbita inclinada que atraviesa el plano del anillo.
Utilizando los datos del Hubble, el equipo de Currie constató que Fomalhaut b se está moviendo con una velocidad y dirección en consonancia con la suposición original, es decir, que la gravedad del planeta está modificando el anillo.
“Lo que hemos encontrado al realizar nuestro análisis es, que la mínima distancia que presenta el objeto respecto al disco apenas ha cambiado en dos años, lo que es una buena señal de que se encuentra en una órbita que podría estar dando forma al anillo”, explicaba Timothy Rodigas, un estudiante recién graduado por la Universidad de Arizona y miembro del equipo.
El equipo de Currie también ha dirigido estudios en los que se simula a Fomalhaut b como si fuera una nube de polvo compacta no asociada gravitatoriamente a un planeta. En las proximidades del anillo de Fomalhaut, las dinámicas orbitales provocarían una dispersión o disiparían completamente una nube de esas características en un periodo tan corto como de unos 60 000 años. Los granos de polvo experimentan fuerzas adicionales, las cuales operan en escalas de tiempo mucho mayores a medida que interactúan con la luz de su estrella.
“Dado lo que conocemos sobre el comportamiento del polvo y el entorno donde el planeta está localizado, pensamos que nos encontramos ante un objeto planetario que está completamente sumergido en el polvo más que pensar en solo una nube de polvo errante”, afirma el miembro del equipo John Debes, astrónomo en el Instituto de Ciencia para el Telescopio Espacial (Space Telescope Science Institute) en Baltimore (Maryland).
Un trabajo en el que se detallan estos descubrimientos ha sido aceptado para su publicación en The Astrophysical Journal Letters.
Debido a que los astrónomos han detectado a Fomalhaut b por la luz del polvo circundante y no por la luz o calor emitidos por su atmósfera, ya no se le clasifica como “exoplaneta fotografiado directamente”. Pero como presenta la masa adecuada y está en el sitio correcto para poder dar forma al anillo, el equipo de Currie piensa que de alguna manera podría ser considerado como un “planeta identificado a partir de fotografía directa”.
Fomalhaut b ha sido localizado con el Hubble más recientemente en el mes de mayo por otro equipo. Estas observaciones están siendo analizadas en estos momentos y se espera conocer pronto sus resultados.
Autor: Francis Reddy
Fecha Original: 25 de octubre
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