Aunque en más de una ocasión fijemos la vista en DARPA y algunas de sus investigaciones, afortunadamente la tecnología no tiene como único fin la industria militar y puede abrirnos la puerta a nuevas formas de ocio y, lo más importante, mejorar la calidad de vida de muchas personas. De hecho, la tecnología no está reñida con el arte y ambas pueden conjugarse a la perfección a la vez que contribuyen con una noble causa; un hecho que queda demostrado con el proyecto Mine Kafon que pretende contribuir a la limpieza de minas terrestres en Afganistán y en otros lugares del mundo.
Alrededor del 12% de los hogares afganos sufre, de manera directa o indirecta, los efectos de las minas terrestres que hay diseminadas por todo el país (se estiman unos 10 millones de minas terrestres). Con la idea de contribuir a mejorar la calidad de vida de sus compatriotas, Massoud Hassani, un estudiante de la Academia de Diseño de Eindhoven (Holanda) que nació en Afganistán en 1983, decidió dedicar su proyecto final de carrera a aunar el diseño y la tecnología con la idea de contribuir al proceso de limpieza de minas de su país natal.
Cuando era pequeño, Hassani solía construir sus propios juguetes y construyó un juguete que rodaba impulsado por el viento y que utilizaba, junto a sus amigos, para montar pequeñas carreras para ver cuál llegaba más lejos. Cuando le juguete se adentraba en un campo minado, lógicamente, éste se daba por perdido y, a pesar de haber transcurrido casi 20 años, sigue habiendo muchas “zonas prohibidas” al estar plagadas de minas.
Dos décadas más tarde, Hassani ha decidido retomar este juguete y hacerlo mucho más grande con la idea de que funcione también impulsado por el viento y, por tanto, ruede de manera autónoma pero en vez de usarse con fines lúdicos el objetivo sería doble: limpiar las minas y trazar caminos seguros para la población. Dejando libertad de movimientos para este artilugio, el Mine Kafon está provisto de un dispositivo GPS que va registrando su trayectoria y posición marcando así sendas en las que, aparentemente, no hay peligro porque el dispositivo habría rodado sin ningún problema. ¿Y qué pasa si se encuentra con una mina? El efecto, realmente, sería el mismo que si pasase por encima un tanque o cualquier vehículo, la mina haría explosión y destrozaría el Mine Kafon, es decir, misión cumplida porque se habría limpiado el terreno al eliminarse una mina que estaba oculta.
El proyecto, sin duda alguna, es muy noble y, de hecho, está teniendo un gran impacto puesto que el MOMA de Nueva York incluirá, dentro de una exposición que se desarrollará en marzo de 2013, el Mine Kafon y también se podrá ver en la Galería Slott de París en el mes de febrero además de prepararse un documental que sirva para concienciar del problema de las minas terrestres. La idea es que este proyecto se pueda materializar, realmente, en algo que pueda llevarse a la práctica y contribuya a limpiar de minas Afganistán más allá de ser un proyecto final de carrera que tenga un gran impacto dentro del circuito de arte contemporáneo y, de hecho, Hassani está aprovechando todo el interés suscitado para establecer alianzas y encontrar colaboradores que le permitan fabricar, a gran escala, estos “buscaminas” y poder aplicarlos sobre el terreno.
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