La población del sur de Ángola cree que se trata de las pisadas de los dioses y la ciencia no consigue dar una explicación satisfactoria para el fenómeno. Los llamados círculos de las hadas se cuentan por miles en el desierto de Namibia. Su origen es todo un misterio por eso un equipo de biólogos de la Universidad Estatal de Florida se ha dedicado a su estudio.
Pocos investigadores han estudiado los círculos de hadas en detalle porque la zona afectada es de difícil acceso, un lugar remoto e inhóspito; porque la población más cercana está a unos 200 kilómetros y porque las temperaturas alcanzan los 45°C durante el día y durante la noche bajan hasta los cero grados.
Walter Tschinker, biólogo de la Universidad de Florida no ha logrado resolver el misterio de los círculos de las hadas pero ha descubierto que tienen un ciclo vital que los hace aparece y desaparecer con cierta regularidad. Los círculos se cuentan por millares sobre el terreno, sus dimensiones oscilan entre los 2 y los 12 metros de diámetro y dentro de su área la hierba no crece.
Tschinkel descubrió el fenómeno en 2005 durante unas vacaciones en NamibRand Nature Reserve, una reserva natural dedicada a la conservación de la fauna y la flora local. Allí un guía le mostró los círculos de las hadas. En un primer momento creyó que eran obra de colonias de colonias de termitas subterráneas, también pensó que podía ser culpa de algún gas o vapor tóxico que emanaba desde el subsuelo. Pronto desechó estas y otras ideas. El investigador afirma que:
La cuestión del por qué se forman es muy difícil de resolver. Hay sobre la mesa un buen número de hipótesis, pero las pruebas no son convincentes para ninguna de ellas.
En la revista Plos One aparece el reciente trabajo de Tshinkel donde pone sobre el tapete la idea del ciclo vital de los círculos. Los más pequeños tienen una vida media de 24 años, los más grandes pueden “vivir” hasta los 75. El trabajo no explica su origen pero aporta nuevos datos que tal vez, a la larga, esclarezcan el misterio. Valiéndose de fotos aéreas, imágenes por satélite y personal de la reserva, Tschinkel y su equipo, trabajaron en la comparación de las imágenes tomadas entre 2004 y 2008, así vieron que el número de círculos es estable y descubrieron que tienden a formarse en terrenos arenosos y con pocas piedras; y que con el tiempo la vegetación retoma su lugar dentro del espacio vacío.
El biólogo cree que los círculos de hadas de Namibia seguirán envueltos en misterio porque la ciencia nunca conseguirá explicarlos; también planea regresar a la región para, a lo largo del año y en diferentes momentos, realizar nuevas pruebas ya que según ha podido observar los círculos suelen formarse después de la estación de las lluvias.
En la última década el parque NamibRand Nature Reserve ha recibido la visita de muchos turistas que contribuyen a la conservación de los círculos de hadas “adoptando” uno por 50 dólares. Una vez adoptado el círculo, los “dueños” reciben la longitud y la latitud del círculo para poder verificar su estado en Google Earth.
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