Cocinar con pollo me encanta, tanto por lo sencillo que resulta conseguir platos llenos de sabor como por la versatilidad que tiene cuando quieres darle un toque personal. En esta ocasión, quería hacer una receta tradicional de pollo al ajillo, ya que para mi sorpresa, muchos amigos míos me confesaron que no sabían como hacer para que el pollo quede bien jugoso.
El plato que buscamos tiene que ser un pollo con las tajadas bien doradas, que se deshagan al trocear y a la vez que estén bien jugosas ya que el principal riesgo de esta receta es que el pollo quede reseco. En cuanto al ajo, no queremos que tape el sabor del pollo, pero sí que tenga la presencia que le requiere el nombre de la receta. Desafío aceptado.
Ingredientes para 4 personas
- Un pollo de 1.700 gr aproximadamente, 4 dientes de ajo, aceite de oliva, harina, zumo de limón, 1/2 litro de caldo de ave, 1 hoja de laurel, 150 ml de vino de Jerez
Cómo hacer un pollo al ajillo tradicional
Aunque ya teníamos una receta de pollo al ajillo publicada en Directo al Paladar, he querido poneros mi versión tradicional de esta receta, ya que creo que merece la pena que aprendáis esta forma de hacerla y se la preparéis a los vuestros cuanto antes.
Al comprar el pollo, pedimos al dependiente que nos lo corte en trozos para ajillo y lo harán estupendamente. Lo primero que vamos a hacer es aromatizar el aceite de oliva friendo en él unos ajos con su piel. En cuanto la piel se tueste un poco, los retiramos.
Sazonamos las presas de pollo y las pasamos ligeramente por harina y las freímos a fuego fuerte para dorar su exterior. Una vez estén bien doradas, retiramos parte del aceite para que no queden muy grasientas y añadimos el zumo de medio limón, removiendo para que todas las piezas se impregnen de su sabor.
Para que nos quede muy muy tierno, casi como un guiso de pollo en salsa, añadimos ahora el caldo de pollo, dos dientes de ajo crudos picados en láminas y la hoja de laurel, dejando que el conjunto cueza a borbotones, hasta que prácticamente todo el caldo se evapore.
En ese momento incorporamos el vino de Jerez, dejándole dar un último hervor. Para llevarlo a la mesa, sacamos las tajadas de pollo y las ponemos en una fuente, añadimos unos ajos confitados como los que preparamos hace unos días y que nunca faltan en mi nevera y preparamos la salsa.
Para ello, desglasamos el fondo de la sartén raspando con una cuchara de madera para ligar la salsa, que tendrá los aromas del pollo, el ajo, el caldo, el vino y el limón y la consistencia de la harina. Si queréis, podéis espolvorear con perejil, pero a mi me gusta más tal cual.
Tiempo de elaboración | 40 minutos
Dificultad | Fácil
Degustación
Esta receta tradicional de pollo al ajillo se suele comer con las manos. Por mucho que comencemos utilizando el tenedor y el cuchillo, la carne situada junto a los huesos es la más sabrosa y necesitaréis utilizar las manos. Poned una guarnición sencilla, tipo ensalada de tomate y lechuga o unas patatas a lo pobre y no necesitaréis más para que todos os feliciten. Ya me contaréis.
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news Receta tradicional de pollo al ajillo was originally in Directo al Paladar by Pakus.
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