Este es desde hace años uno de mis trucos científicos favoritos: utilizar el cráneo como antena amplificadora y abrir el coche a distancias sorprendentemente grandes. Ahora la gente del Science Channel le dedicó un segmento con una demostración de un canadiense que enseña cómo funciona el truco hasta más del doble de distancia habitual (pasando de 30 a 80 metros) y una explicación al respecto.
La razón por la que funciona es que el mando produce señales de radio al pulsar el botón y el protagonista del vídeo lo activa directamente junto a su cabeza a corta distancia. Bajo nuestro cráneo el cerebro es más o menos 75% agua; al interactuar con la señal electromagnética las moléculas de agua se reorientan, rebotando la señal en la misma frecuencia y convirtiéndose de hecho en algo así como una «antena amplificadora».
Quienes se preocupen por el efecto maligno de esas ondas electromagnéticas en la cabeza han de saber que la potencia de las señales del mando es tan baja y el tiempo en que actúa tan pequeño que no hay nada que temer. (Pero si no te lo crees y eres de los que se preocupa seriamente porque «toda radiación electromagnética es mala» entonces ¡tranquilo! En tu cabeza en concreto el contenido será 75% serrín y eso interactúa poco con el mundo exterior.)
Bonus para la aparición de Matt Parker de Numberphile y Bonus Especial para el ingeniero eléctrico Tom Wrigglesworth, que con su look «científico loco» y pelos de punta a lo Dr. Frankenstein nos ha cautivado.
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