- Los arqueólogos creen haber hallado la perdida tumba de Cervantes
- Varios signos apuntan a que esto es así
- Pero todavía falta la confirmación por parte del equipo forense
Don Miguel de Cervantes Saavedra, una de las grandes figuras de la literatura universal, murió allá por 1616, con 68 años. Y, aunque se sabe dónde quería ser enterrado, por fin parece que hemos descubierto dónde se encontraba.
Aunque todavía es pronto para afirmarlo con rotundidad, el hallazgo apunta a que, tras cuatro años de investigación, los arqueólogos han hallado al fin la tumba de Cervantes. Así lo señalan las iniciales apuntaladas con tachuelas en el féretro y la situación de este dentro del convento de las trinitarias. Ahora todo el mundo está a la espera de la confirmación por parte del laboratorio forense, desde donde se realizará un estudio de los restos para poder determinar con seguridad si nos encontramos ante el maestro de las letras.
¿Es de verdad Cervantes?
Muchos son los datos que apuntan a que estos restos son los genuinos de Cervantes. El féretro fue hallado en la cripta principal del convento de las Trinitarias Descalzas, donde descansan 33 nichos. Tras la búsqueda con una microcámara, perforando diversos ataúdes, parece que la suerte dio de lleno. Sin embargo, los restos en el féretro complicaron el descubrimiento. Aunque en el ataúd se ven claramente las iniciales marcadas con tachuelas oxidadas, dentro del féretro habían numerosos huesos, algunos, incluso de origen infantil probablemente.
Retrato de Miguel de Cervantes. Por Juan de Jauregui.
Esto se debe al traslado de la cripta principal, ya que el convento fue construido en fases. Era normal, por aquel entonces y aún hoy día, mezclar los restos óseos en su traslado por cuestiones prácticas. Ahora el equipo tiene por delante la determinación y separación de los huesos para localizar los de hombre adulto. Entre estos se encontrarían los del mismísimo Cervantes casi con total seguridad. Para confirmarlo se buscarán algunos de los signos atribuidos al pendenciero Cervantes. Entre ellos, por ejemplo, las marcas de la característica atrofia en el metacarpo de la mano izquierda o los La vida aventurera de Cervantes ayudará ahora a determinar si son sus restos
impactos de perdigones en el esternón, causados por un arcabuz durante la batalla de Lepanto.
Otros datos relevantes serán los de la dentadura, ya que Cervantes solo conservaba seis dientes, o una característica artrosis que le deformaba la columna. Por último, su muerte debida a la diabetes podría haber dejado pistas en la descalcificación de sus huesos. Por si todo esto fuera poco, también se buscarán restos del sudario, característico, con el que habría sido enterrado. Aunque todavía falta confirmar el hallazgo, los investigadores parecen bastante optimistas con los posibles, o más bien probables resultados del descubrimiento.
Don Miguel de Cervantes, D.E.P.
La muerte de Cervantes ocurrió un 22 de abril debido a la diabetes y su cuerpo fue enterrado al día siguiente. Según dispuso en sus últimas voluntades, el autor de "El Quijote" quería ser enterrado en la iglesia del convento de las Trinitarias Descalzas debido a la buena fe de los Trinitarios ante su apresamiento en Argel. Con el tiempo, el conventillo creció y los restos de todos los que allí estaban enterrados fueron trasladados. Desde entonces no se tiene la certeza de dónde fue enterrado o si tan siquiera el cuerpo seguía allí, a pesar de que la tradición oral así lo afirmaba. En 2011 comenzó el trabajo de investigación para hallar sus restos de manera definitiva. Don Quijote de la Mancha es el libro más editado y traducido después de la Biblia
Qué mínimo que conocer y rendir honor a los restos del que se considera como la primera novela moderna.
Eso sin contar que ésta, Don Quijote de la mancha, es el libro más vendido y editado después de la Biblia. Pero su trabajo y vida no se quedan ahí. Guerrillero, carismático, valiente y pendenciero; las crónicas no dudan ni un momento en contar la historia de este literato y su participación en batallas tan importantes como la de Lepanto o su cautiverio de cinco años en Argel, de dónde trató de escapar hasta en cuatro ocasiones. Más adelante se volvería bastante más piadoso, rindiendo simpatía a la orden Franciscana y a las Trinitarias por su buen hacer con él y con su hermano. Sus aportaciones a la literatura moderna lo hacen merecedor de una admiración especial. Ahora, más de cuatro siglos después, la vida de Cervantes, que en su momento le pasó factura, será clave para confirmar su identidad y así poder seguir estudiando más detalles de su vida y su muerte.
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