Eric Schmidt, CEO de Google, anunció ayer planes para convertir en un buen negocio su red de fibra óptica. No escogió un momento cualquiera para comunicarlo, lo hizo horas después de que NetFlix catalogara la fibra óptica de Google como la más rápida de EEUU.
Obviamente no llega al récord de velocidad de 339 Gbps, pero la fibra óptica de Google es la conexión más rápida de EEUU. Así lo afirma Netflix, quien ha elaborado un ránking de ISP en EEUU en base a la velocidad de transferencia de datos que ofrecen. Tienen argumentos para postularse como un buen baremo: recogen información fiable de más de 1 millón de horas de visualización de películas y series de su servicio, que provienen de su cartera de 30 millones de miembros.
En este contexto, Schmidt aprovechó su presencia en The New York Times DealBook Conference para hablar de los planes de Google con respecto a la fibra óptica. Aunque actualmente este servicio sólo está disponible en Kansas City, está en la mente de Google expandir este negocio, que no ve como un mero experimento. Esta noticia, unida al ránking de Netflix, no hace sino poner los dientes largos a los usuarios que esperan conexiones domésticas mucho más rápidas. En verano del pasado año, Alan Lazalde ya habló de las primeras impresiones que llegaban desde Stanford: 151 Mbps de bajada con el internet residencial de Google.
Aquello fueron unas primeras pruebas muy acotadas, que después dieron el salto a un experimento mayor. Hoy ya tenemos constancia de que este negocio, Google Fiber, irá a más. El siguiento paso es ir pensando en los retos que supone una conexión así para los fabricantes de hardware. Por ejemplo, los discos duros que siguen saliendo al mercado con velocidad de escritura inferiores a esta conexión, y que por tanto no podrían asimilar ese trabajo.
Para finalizar su breve explicación, en la que apenas respondió preguntas en torno a Google Fiber, Schmidt aprovechó para reafirmar su postura contra el intento de regulación de internet por parte de la UIT. Google ya fue de las primeras en manifestarse en su contra, como hizo con la campaña Take Action en la que trató de implicar al mayor número posible de usuarios contra una propuesta que considera injusta y que atenta contra un principio como el de la neutralidad y libertad de la red. Posteriormente se uniría a Cerf y a Anonymous en esta batalla, en la cual los usuarios que creemos en una red libre y abierta tenemos en Google a un enorme aliado.
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