Gracias a la sonda espacial Kepler y otras observaciones astronómicas, los científicos de la NASA han podido localizar un buen número de exoplanetas (2.321 candidatos localizados en la Misión Kepler y 750 planetas localizados en otras investigaciones) que podrían parecerse a nuestro planeta. Tras la localización, los científicos comienzan una serie de trabajos de caracterización del planeta en base a los datos recopilados por la sonda espacial (tamaño, composición, condiciones ambientales, gases, presencia de agua, ubicación en una zona “habitable”, etc) y validar su candidatura, o descartarla, para acortar la lista de planetas que podrían ser susceptibles de ser como la Tierra. Según uno de los investigadores de la NASA que trabaja en la caracterización de estos exoplanetas, podríamos estar cerca de descubrir una planeta similar a la Tierra para el año 2014.
Ese fue el anuncio que realizó Shawn Domagal-Goldman, investigador que trabaja en para la NASA en Washington D.C. y que en su declaración afirmó que, en el plazo de 2 años, los trabajos de localización de exoplanetas similares a la Tierra darán sus frutos:
Creo que la misión Kepler encontrará un planeta similar a la Tierra en los próximos dos años. Vamos a ser capaces de apuntar a una estrella en el cielo durante la noche y decir: “Ahí hay un planeta que podría albergar vida”
Las declaraciones, bajo mi punto de vista, parecen algo optimistas y quizás estén orientadas a generar algo de ruido alrededor de la Misión Kepler cuyo presupuesto, precisamente, se agota en el año 2014 y, por ahora, no tiene visos de continuidad. En un ambiente de recortes presupuestarios en el sector público como en el que vivimos actualmente, el gobierno de Estados Unidos ha acometido grandes recortes en el presupuesto de la NASA y, lógicamente, los equipos de investigación pueden intentar buscar la superviviencia de sus investigaciones.
Aún así, aunque las declaraciones puedan usarse para prolongar la vida de la Misión Kepler, el estudio de los exoplanetas me parece algo fascinante. Según comentan los participantes en estas investigaciones, éstas son muy complejas en las que se caracterizan los planetas en base a la tenue luz que éstos reflejan y que se ven distorsionadas por el resplandor de las estrellas sobre las que orbitan. La sonda capta la luz que rebota en la atmósfera de los planetas y en la que pueden encontrar características que definen la composición de su atmósfera.
La luz reflejada de un exoplaneta cuenta su historia
Además de la Misión Kepler, desde la NASA están considerando otros proyectos para continuar el estudio de exoplanetas como, por ejemplo, la sonda espacial Tess (Transiting Exoplanet Survey Satellite), desarrollada por el MIT y que cuenta con el apoyo de Google en forma de capital semilla. Esta misión tendría como objetivo el estudio de exoplanetas dentro de un radio de 50 años-luz desde la Tierra, es decir, un radio cercano que permita obtener mayor nivel de detalle de éstos (aunque se estima que la sonda se lanzará en el año 2016).
Creo que vamos a descubrir algo revolucionario sobre cómo la vida interactúa con el ambiente de un planeta. La naturaleza es mucho más diversa de lo que creemos
No hay comentarios:
Publicar un comentario