Hace ya tiempo desde la última recomendación de Has leído…?, la serie en la que comparto algunos de los libros que más me gustan según los voy leyendo. Aquella recomendación fue fruto de una de las lecturas del verano pasado, Un abismo en el cielo, de Vernor Vinge. La de hoy, sin embargo, no es una lectura nueva sino más bien una re-lectura, porque se trata de uno de los libros que he leído unas cuantas veces (la última ahora mismo) y, seguramente, seguiré leyendo otras tantas a lo largo de mi vida. Se trata del ciclo de Zothique, de Clark Ashton Smith.
Mapa de Zothique dibujado por Tim Kirk.
Antes de que sigas leyendo: aunque, como veremos en un momento, las fronteras entre ciencia-ficción y fantasía no fueran tan claras en la época de Smith, la recomendación de hoy es fundamentalmente de fantasía y no de ciencia-ficción. Además, se trata de un subgénero peculiar y es muy posible que el libro no te guste. Digo esto porque otras recomendaciones las he dado sin el menor “pero”, mientras que hoy quiero dejar claro desde el principio que esto no es para todo el mundo. Por otro lado, creo que mi descripción debería dejarte claro si vas a disfrutarlo o no.
Smith fue uno de los “tres mosqueteros” de la revista pulp Weird Tales entre 1933 y 1937, junto con Howard Phillips Lovecraft y Robert Ervin Howard. Lovecraft y Howard son mucho más famosos que él, en mi opinión de manera injusta. El caso es que los tres escritores mantuvieron una prolífica relación epistolar y sus historias tuvieron varios entrelazamientos, y se influenciaron unos a otros, aunque cada uno tenía un estilo muy personal, por supuesto.
Como sabéis los que seguís El Cedazo, soy un gran amante de la literatura fantástica anterior a la demoledora y terrible influencia de Tolkien, como la de Lord Dunsany (sí, sí… ya sé que tengo que seguir con los dioses de Pegana, ¡lo sé, no hace falta hacerme sentir más culpable!). Smith es –como siempre, por supuesto, en mi opinión– una de las figuras cruciales de esa fantasía pre-tolkieniana, y si te gusta la fantasía y no lo has leído, debes hacerlo.
Una aclaración respecto a esto, por cierto: Tolkien me encanta. No he leído ningún otro libro en mi vida más veces que El Señor de los Anillos, y el segundo es El Silmarillion. Aunque sea algo humillante, reconozco que sé algo de quenya y puedo recitar canciones élficas en la intimidad. Lo adoro sin reservas.
Pero ahí está el problema: adoro a Tolkien, pero no su influencia sobre la literatura fantástica, que me parece corrosiva. Adoro a Tolkien, pero no a su legión de imitadores, conscientes o inconscientes. Odio la influencia tolkieniana sobre las historias fantásticas, las películas fantásticas, los juegos de rol y todo lo que se le ha puesto por delante. Ha sido como una apisonadora que ha uniformizado la fantasía en gran medida, y la primacía de la fantasía épica ha empobrecido el género.
De ahí que me fascine la fantasía anterior a él, y sobre todo la de las décadas de 1920 y 19301. Si te gusta ese tipo de fantasía o, aún mejor, si no la conoces, entonces mi recomendación es que leas cualquier cosa de Smith –al final recomiendo algunos libros específicos–. ¿Qué caracteriza las historias de sus contemporáneos y las del propio Smith, que es un maestro en esto, y qué los diferencia de las hordas de quiero-ser-Tolkien-pero-no-puedo-serlo?
Las historias de Smith no son épicas; en muchos casos son incluso picarescas. A veces hay buenos y malos, pero no existe la idea de una lucha casi mística entre el bien y el mal, sino que se trata de acontecimientos de poca importancia a escala global. Muchas veces el protagonista tiene razones egoístas para hacer lo que hace, o es incluso moralmente despreciable.
Sus historias no siempre acaban bien. No existe la idea de que, si el héroe persevera y hace lo moralmente correcto, todo terminará bien. De hecho, casi todas terminan bastante mal, y el Universo no es un lugar benevolente sino indiferente o, si me apuras, incluso hostil. El ser humano es una criatura insignificante en un mundo que ni comprende ni es capaz de controlar. La muerte está presente en casi todas las historias.
Se trata de cuentos muy cortos. Prácticamente todos aparecieron originalmente en la revista Weird Tales, de modo que no son historias muy largas. Muchas tienen tenues lazos entre sí y se suelen agrupar en ciclos, como el de Hiperbórea o el de Zothique que recomiendo aquí, pero pueden leerse perfectamente de manera aislada. Eso sí, uno sonríe cuando en un cuento aparentemente aislado de otro, escrito años después, se mencionan lugares, dioses u objetos que aparecieron en otro cuento que tal vez transcurría millones de años antes que éste.
No hay una separación clara entre fantasía y ciencia-ficción. Aunque Smith es fundamentalmente un autor fantástico, en muchos cuentos hay cosas que para los personajes de la historia son mágicas, pero que pertenecen más bien a la ciencia-ficción: extraterrestres, viajes dimensionales, criaturas de energía, etc. De hecho, en un cuento el hechicero Eibon viaja a Saturno, de donde proviene el dios al que adora, y allí descubre cosas que… pero no quiero fastidiar la historia (aunque no pertenece al ciclo de Zothique). Además, es ciencia-ficción anterior a las Voyager o las Pioneer, de una ingenuidad pasmosa.
Clark Ashton Smith (1893-1961).
Vamos, que es fantasía… pero no la fantasía que se hace ahora, al menos no de manera comercial. Y merece la pena leerlo, ¡de veras que sí! Desgraciadamente, como tantas otras veces, no hay mucho traducido al castellano. El único libro en español recopila dieciséis historias, el ciclo de Zothique, que es el que voy a describir un poco más en concreto, aunque yo leería cualquier cosa escrita por Clark Ashton Smith y, si puedes hacerlo, en inglés — tu vocabulario te lo agradecerá, porque este tipo, aunque autodidacta, conoce palabras que yo no había leído en mi vida. Es un poco pedantón, pero se disfruta.
Zothique es el último continente. Las historias de este ciclo transcurren en la Tierra, pero millones de años en el futuro. El Sol está muriendo ya, y somos testigos de una época en la que la ciencia ha sido abandonada y la humanidad ha descendido a la barbarie. Incluso los restos de la civilización han desaparecido casi completamente, y la escena es casi idéntica a la del otro ciclo fantástico de Smith, el de Hiperbórea (que transcurre millones de años en el pasado). Pero mejor que yo lo describe el propio Smith en una carta a L. Sprague de Camp en 1953:
Zothique, vagamente inspirado por las teorías teosóficas sobre continentes pasados y futuros, es el último continente habitado de la Tierra. Los continentes del presente ciclo se han hundido, tal vez varias veces. Algunos han permanecido sumergidos; otros han resurgido, parcialmente, y se han redistribuido por el globo. Zothique, como lo concibo, comprende Asia Menor, Arabia, Persia, la India, partes del norte y este de África, y gran parte del archipiélago indonesio. Existe una nueva Australia en algún lugar del sur. Al oeste sólo se conocen unas cuantas islas, como Naat, en las que sobreviven caníbales de raza negra. Al norte hay desiertos inmensos e inexplorados; al este, un enorme mar no navegado. [...] La ciencia y la tecnología de nuestra civilización presente han sido olvidadas hace largo tiempo, junto con nuestras religiones actuales. Pero se adora a muchos dioses; y la hechicería y la demonología reinan de nuevo como lo hicieron en tiempos antiguos. Los marineros emplean únicamente remos y velas. No hay armas de fuego — sólo los arcos, flechas, espadas, jabalinas, etc., de la antigüedad.
En las dieciséis historias que transcurren en esta época decadente de la historia humana somos testigos de horribles actos de hechicería, como en El imperio de los nigromantes (1932), cuando los nigromantes exiliados de Naat, Mmatmuor y Sodosma, viajan a una ciudad abandonada y crean un imperio convirtiendo a sus antiguos habitantes en muertos vivientes; también conocemos la ciudad de Zul-Bha-Sair en El dios del osario (1934) donde el cadáver de cualquier persona que muere –habitante o viajero de paso– es entregado a los misteriosos sacerdotes del dios de la ciudad, Mordiggian, que llevan el cuerpo al templo del terrible dios para siniestros propósitos.
En El tejedor de la cripta (1934) viajamos con los soldados Yanur, Grotara, and Thirlain Ludoch, a quienes el rey de Tasuun, Famorgh, ha ordenado recuperar los restos de uno de sus ancestros de la ciudad muerta de Chaon Gacca. Allí descubrirán que fantasía y ciencia-ficción no están reñidas.
No quiero comentar más argumentos, entre otras cosas porque son historias tan cortas que tardas menos en leerlas directamente, pero sí despertarte el gusanillo simplemente con algunos de los otros títulos de los cuentos: La brujería de Ulua, El jardín de Adompha, El señor de los cangrejos, El último jeroglífico, Nigromancia en Naab, La isla de los torturadores, El engendro de la tumba…
Se trata de un género “barato”, algo despreciado durante mucho tiempo, pero que si no has disfrutado creo que debes, al menos, probar. Y no hay mejor autor para probarlo que este californiano de mente calenturienta.
Como siempre, mi primera recomendación es en la lengua original si puedes leerla. El libro que tengo yo no sólo recopila los cuentos de Zothique sino muchos otros; se trata de The Emperor of Dreams. Desgraciadamente, parece que está ya descatalogado. La recopilación de historias que parece estar “en boga” ahora mismo en lengua inglesa es The Return of the Sorcerer, que en Amazon venden en formato físico y para Kindle, aunque creo que no contiene el ciclo de Zothique en su totalidad sino que es un poco “mezcla” de cosas. Además, existe un sitio web maravilloso llamado The Eldritch Dark donde están colgadas (con permiso) todas o casi todas las historias de Smith, con lo que si lees en inglés puedes disfrutarlas ahí mismo.
Sin embargo, la razón de que haya hablado específicamente sobre el ciclo de Zothique es porque el año pasado la editorial Valdemar publicó un libro en español que recopila esas dieciséis historias, Zothique: El último continente. Que yo sepa no existe en formato electrónico legal (si alguien lo conoce, que me lo diga), aunque seguro que puede descargarse de sitios diversos sin pagar: pero recuerda, si te gusta, cómpralo.
Que no os encontréis con Tsathougga, Mordiggian ni similares esta noche.
Nota: Cualquier compra en Amazon a través de los enlaces de arriba nos deja dinero en la saca, así que gracias por adelantado si los compras así.
- No, los escritos de Tolkien que vas a mencionar no cuentan, así que no hace falta que arquees la ceja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario