Leónidas de 1999 por Juan Carlos Casado – Vía APOD
Como cada mes de noviembre la Tierra está atravesando la parte de su órbita que se cruza con la del cometa 55P/Tempel-Tuttle, cuyos restos, al caer en la atmósfera e incinerarse se convierten en la lluvia de estrellas de las Leónidas.
Se pueden ver aproximadamente entre el 15 y el 21 de noviembre, aunque el pico máximo de actividad para 2015 se prevé para la noche del 17 al 18, con unos 20 meteoros a la hora como máximo; la luna creciente iluminada al 31 por ciento no complicará demasiado la observación.
La poca actividad de este año y de años recientes es que el periodo del cometa Tempel-Tuttle es de 33 años y su último perihelio, la última vez que pasó por cerca del Sol, fue en febrero de 1988, con lo que cada vez quedan menos partículas sueltas de su último cruce con la órbita terrestre.
Habrá que esperar a 2031, cuando se produce el próximo perihelio del cometa, para recargar y poder ver lluvias de estrellas verdaderamente espectaculares; se han llegado a ver Leónidas con más de 1000 meteoros a la hora, como por ejemplo en 1999.
Las Leónidas reciben su nombre del hecho de que parecen venir de la constelación de Leo, aunque dado que una vez que entran en la atmósfera sus trayectorias se vuelven impredecibles en realidad puedes verlas casi mirando hacia cualquier lado; de hecho hay quien recomienda no mirar directamente al radiante –la dirección de la que parecen venir– sino a 90 grados a su izquierda o derecha para no verlas venir de frente.
Y no uses prismáticos ni telescopios, pues reducen mucho el campo de visión y para las lluvias de estrellas son en realidad contraproducentes.
Eso sí, no olvides abrigarte, que no queremos que pilles un catarro.
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