La gigante Nesté afirma haber encontrado indicios de esclavismo y abusos en sus cadenas de producción. Por eso mismo, se ha decidido a denunciar los hechos y poner remedio de forma inmediata.
En un acto de autoregulación, la gigante del mundo de la alimentación, Nestlé, ha anunciado la ruptura del acuerdo para obtener marisco y peces procedentes de Tailandia. La razón es la siguiente: según una investigación lanzada en diciembre de 2014, estos alimentos podrían haberse obtenido mediante prácticas esclavistas, coerción y otros métodos ilegales de trabajos forzados. Además, según el informe, Nestlé podría no ser la única empresa afectada en este hecho. Virtualmente, explican, casi todas las grandes empresas europeas y americanas podrían estar obteniendo esta materia prima de las mismas fuentes esclavistas de Tailandia.
Trabajos forzados, esclavismo y abusos
"Si te mueres, te tiran al mar y dejan que desaparezcas. No le dicen nada a tu familia"
Todo comenzó con la denuncia de algunos medios y organizaciones sin ánimo de lucro. Las fuentes informaban de abusos de todo tipo hacia los trabajadores tailandeses. Los pescadores, de la propia Tailandia o de los más pobres vecinos Camboya o Birmania. Todos los pescadores pertenecen familias sin dinero por lo que son presa fácil de las mentiras y los chantajes. Las primeras denuncias, explican los informes, indicaban que los trabajadores eran "contratado" a cambio de unas tarifas ilegales. Tarifas que, por supuesto, nunca pueden llegar a pagarse con el "sueldo" obtenido. De esta manera, el trabajador está obligado a trabajar para poder pagar la "deuda" ilegal contraída.
Los casos varían en matices pero al final de lo que se habla es, en toda ocasión, de trabajos forzados, con una condiciones inhumanas, sin descansos, con más de 12 o 14 horas de esfuerzo físico en el mejor de los casos. Es más, para los traficantes las vidas de los trabajadores no suponen nada. "Si te mueres, te tiran al mar y dejan que desaparezcas. No le dicen nada a tu familia". Explica uno de los trabajadores a Verité, la fundación de Nestlé a cargo de la investigación. Los trabajadores, forzados, son asignados a barcas de pesca, molinos o granjas marinas, donde trabajan bajo amenazas si no pagan la deuda ilegal. "No puedo dejar de trabajar", "Debo mucho dinero", explica entre llantos otro trabajador acogido por la fundación.
Nestlé contra el esclavismo
La multinacional dedicada a la alimentación ya ha puesto cartas sobre el asunto. En primer lugar, expresan, no están dispuestos a permitir que se produzcan prácticas ilegales y que vayan en contra del bienestar de los trabajadores en sus líneas de producción. Es más, no van a permitir que se produzcan los abusos, por lo que han publicado el nombre de la compañía que les suministraba la materia prima y que permite el esclavismo entre sus filas. Además, han prometido publicar tanto un informe de producción que relacione los beneficios obtenidos por la compañía (Nestlé) a costa de estas prácticas esclavistas, así como el impacto y las medidas tomadas de manera oportuna tras la investigación.
También han prometido endurecer su política de subcontratación y formación dentro de las prácticas industriales y la obtención de materia prima que ejerce. Por su parte, se espera que Nestlé termine por completo su trato con Fancy Feast, la empresa que, según muestra el informe de Verité, y junto con Thai Union Frozen Products, han estado empleando prácticas abusivas y esclavistas en la obtención de materias primas. Marcas, ademas, que son conocidas y distribuidas ampliamente por todo el globo.
Un problema más grande de lo que parece
El informe ha recogido el testimonio y las pruebas de algunos de los trabajadores esclavizados para estas empresas y otras similares. Pero es solo la punta del iceberg. Este problema apunta a un maltrato sistemático de los inmigrantes provenientes de los países vecinos de Tailandia, donde el nivel económico y cultural es increíblemente menor. Esto apunta a un hecho bastante inquietante. La esclavitud y los trabajos forzados podrían manchar a prácticamente todas las multinacionales que se surten de materias primas marinas en Tailandia. Así lo muestra el informe de Verité, el cual manifiesta la preocupación por los trabajadores y la perpetuación de estas prácticas. Al contrario que otros países como Corea del Norte, Irán o Zimbawe, la esclavitud moderna de Tailandia nunca ha sido sancionada con dureza.
La esclavitud y los trabajos forzados podrían manchar a prácticamente todas las multinacionales que se surten en Tailandia
Esto es aún más grave si tenemos en cuenta que es uno de los mayores productores de pescado, mariscos y otros productos del mar. Entre sus consumidores están todos los países europeos y estadounidenses, la mayoría de Latinoamérica y varios países asiáticos. La iniciativa de Nestlé sirve como cabeza de playa, un ejemplo de autocrítica importante y un ejemplo para otras grandes compañías. El problema es que, probablemente, este no sea el único caso. Varias demandas y quejas han sido las que han iniciado el proceso de investigación que ha acabado por destapar la situación. Pero, ¿cuántos trabajadores esclavizados y con unas condiciones deplorables quedan en el mundo sin que lo sepamos?
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