Tras poblar los televisores de gama alta, ahora los puntos cuánticos preparan su llegada a sensores fotográficos. El primero comercializado es de 13 megapíxeles y llegará a partir del próximo año.
A principios de la década pasada se estaban dando, en paralelo, dos revoluciones tecnológicas muy importantes. Por una parte, se comenzó a popularizar a un ritmo exponencial la telefonía móvil, que tras muchos años siendo considerada como un lujo, llegaba por fin a un coste muy reducido, junto con teléfonos verdaderamente "móviles". Por otra parte, y como hecho mucho menos anticipado, llegaban al mercado las cámaras digitales, que cambiaron para siempre la forma en que retratábamos nuestras vidas y compartíamos los momentos con el resto de las personas. Ambos fenómenos se unieron más tarde y, en conjunción, lograron impulsar aún más su fuerza. La telefonía móvil se convirtió en otro fenómeno de masas, y ahora está cerca de volver a cambiar gracias a los puntos cuánticos.
Hasta ahora, los sensores más comunes en fotografía móvil eran los CMOS, de silicio. Ahora, gracias a los avances que ha conseguido InVisage gracias a sus investigaciones de años, es probable que comiencen a extenderse en las cámaras los frutos de su trabajo, los sensores de puntos cuánticos o puntos cuánticos, tecnología que os sonará de, por ejemplo, algunos televisores de Samsung en 2015. Aquí no se trata de mostrar colores y luces, sino de captarlos, tarea mucho más complicada y precisa, electrónicamente hablando.
Pese a la dificultad, la ingeniería de sensores siempre encuentra el camino para el progreso, incluso con tamaños ridículos como en fotografía móvil.
Normalmente la capa fotosensitiva consiste en "cubos" que recogen los electrones creados cuando las fotos entran en contacto con la capa de silicio. El QuantumFilm reemplaza los cubos con quantum dots o nanopartículas líquidas, suspendidos ahora en un sustrato. Así, cuando un fotón libera un electrón y un agujero cargado positivamente, las cargas se mueven por el QuantumFilm hacia los electrodos, llevándolos hacia un conversor analógico a digital, que es común en todos los sensores.
La principal diferencia entre estos nuevos sensores, de 13 megapíxeles en el modelo comercial de InVisage, radica en el proceso de captura y en las características de las nanopartículas, mientras que todo lo demás es relativamente similar. Los beneficios teóricos que InVisage ha enseñado deberían traer avances significativos en aspectos fotográficos muy relevantes, como en rango dinámico y en captación de luz con escenas poco iluminadas. Además, también se mejora la captación de los objetos en tomas de mucho movimiento.
Aquí vemos dos ejemplos de las mejoras en comparación con tecnología tradicional. Como siempre decimos, tenemos que verlo con nuestros propios ojos, pero si lo que promete esta tecnología es cierto, deseamos verla pronto en nuestros smartphones. Según InVisage, su comercialización a fabricantes comenzará a finales de año.
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