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sábado, 20 de julio de 2013

Mejores personajes secundarios de Los Simpsons: Top 10

Repasamos los 10 mejores personajes secundarios de Los Simpsons, los que no llevan el apellido Simpsons pero nos han dejado momentos enormes y forman parte del alma de la serie. Los Simpsons. Serie de culto que ha trascendido la televisión, que se ha convertido en un icono atemporal de la animación. La serie que debutó para un público infantil y que 23 años después sigue arrancando risas y sonrisas a gente de todas las edades. Su calidad se ha devaluado con el tiempo, pero quedan para la historia las gloriosas primeras nueve temporadas, entre las que se encuentran capítulos tan magníficos como El cometa de Bart, Más Homer será la caída, El flameado de Moe o El enemigo de Homer (este post va por ti, Graimito). Precisamente en esa línea voy, en la de Graimito y compañía, en la de los personajes que no llevan el apellido Simpsons pero que son gran parte del alma de la serie. Me pongo en pie para escribir estas líneas: los 10 mejores personajes secundarios de Los Simpsons. 10. El Líder Apareció en uno de los últimos capítulos antes de que Los Simpsons comenzaran a perder su magia, en la novena temporada: La Secta Simpson. No se le pudo ver hasta el final (salvo su mano, cuando saludó desde el coche), y es otro de los momentos más hilarantes de la serie. El del Líder huyendo en una nave espectacular desde el Granero Prohibido, que luego resultó ser una bicicleta con una hélice y las bolsas de dinero de la gente a la que había estafado. O lo que es lo mismo, al pueblo entero, gracias a haber comprado el canal 6 para lavar el cerebro de los springfildianos. Quedan para el recuerdo momentos como 'nananana líder...', o la colección de 'judías igualitas al líder' que cosechó Homer. Apenas habló, apenas apareció, pero todos lo recordamos. También su final, cayendo en casa de Cletus y siendo despojado de su dinero robado. 9. Troy McClure Troy McClure es el estereotipo perfecto de la celebridad de Hollywood venida a menos. La que se sigue agarrando a un pasado que no volverá y que necesita rememorar etapas de gloria (esa sonrisa forzada con patas de gallo bajo los párpados). No en vano, su presentación habitual es 'Hola, soy Troy McClure, quizás me recuerden de…' (acompañado de dos ejemplos de su trabajo previo). De hecho, su nombre viene de la unión de dos de estos paradigmas: Troy Donahue y Doug McClure, sendos actores de Hollywood estrellas en la década de los 50 cuya fama y relevancia se fue diluyendo. La misma esencia que Groening le quiso inocular al querido Troy, con un resultado perfecto. Troy es el hombre que por gracioso que resulte y contento que parezca, no puede evitar darnos algo de pena. En una línea similar a otro personaje mítico de quien hablaremos después, venía marcado por ese halo de optimismo y entusiasmo crónico, sólo que de una forma bastante forzada, poco natural. La propia de quien no deja de ser un actor, vaya. Capaz de mostrar ese entusiasmo incluso tras narrar una tragedia: Tuvo su momento de protagonismo en el episodio en que se casaba con Selma, pura pantomima para -nuevamente, su fama venida a menos- poder relanzar su carrera mediante el protagonismo que da un matrimonio. Aunque Selma acabó descubriéndolo, aceptó ser pura tapadera, pero finalmente lo abandonó ante su idea de tener un hijo que acabara de devolver la fama a Troy. ¿Quién no hizo nunca la broma de 'Hola, soy…, tal vez me recuerden de…'? 8. Jasper Beardley La historia de Los Simpsons no se entendería sin Reírse de mis sandalias, golpe de remo. Remar en la canoa del colegio, oh, eso sí que es golpe de remo. Otra de esas bromas inmortales que nos acompañan siempre, que ya forman parte de la sociedad. ¿Que no? Sólo tenemos que ver los resultados de la búsqueda en tiempo real de golpe de remo en Twitter. Y es que es un icono de lo que han supuesto Los Simpsons, una muestra de que Los Simpsons ya son mucho más que Los Simpsons, y que parte de nuestro día a día se lo debemos a ellos. En este caso, al bueno de Jasper. Aparece poco, a veces en silencio ya que quien habla es su amigo Abe Simpson. Pero cuando habla, es un éxito. Su escena de LollyPop con caída de dentadura incluida, su cura mágica de sus cataratas con un rayo láser repentino (y vuelta a las cataratas incluida, lo que fácil viene fácil se va), o el momento del bingo en el hogar del jubilado: a pique el portaaviones. Entrañable. 7. Clancy Wiggum Viene a representar el estereotipo (o mejor dicho, 'un' estereotipo) de policía americano. Obeso, perezoso, tremendamente ineficaz. Como no podía ser de otra forma en un personaje entrañable, con buen corazón pero muy torpe. Si es entrañable de por sí, más aún lo es por su hijo Ralph, un niño 'especial' que también nos ha dejado muy buenos momentos. Eso sí, como buen personaje estereotipado, es corrupto y se deja sobornar, cuando no es él directamente quien busca el soborno, como ocurrió con Homer y Bart cuando se hicieron feriantes. Suele estar acompañado de Eddie y Lou, los dos agentes que le dan la cordura o la inteligencia que a él suele faltarle. Hay varias historias sobre cómo llegó al puesto, y ninguna habla de su eficiencia o conocimientos. Su falta de profesionalidad y divertida apatía se reflejó en otro momento de los que todos recordamos, cuando llegó un desequilibrado a la comisaría diciendo que había provocado un incendio, y él se limitó a burlarse diciendo que lo apuntaría en su máquina de escribir invisible. También dejó para la posteridad cuando entró a la comisaría y borró los 91 mensajes del contestador preguntándose si es que nadie en esa ciudad sabía tomarse la justicia por su mano. Brillante. 6. Cletus Es sucio, es vasto, es rural hasta el exceso, y es inculto, pero todos los fans de Los Simpsons le queremos. De segundo nombre 'Del Roy', mostró su cara más culta cuando estampó su firma, la que ni siquiera recordaba bien cómo hacía y de la que resultó salir una firma hermosa y cuidada. Su momento más recordado es cuando reúne 300 cupones de las galletitas saladas que vendía Marge (eclipsadas por las chicas de Flete-una-pita) y consigue un banquete para sus 30 hijos: ¡Eh, niños! Vamos, que esta noche tenemos cena. Tiffany, Heather, Cody, Dylan, Dermot, Jordan, Taylor, Brittany, Wesley, Rumor, Scout, Cassidy, Zoe, Cloe, Max, Hunter, Kendall, Caitlin, Noah, Sasha, Morgan, Kyra, Ian, Lauren, Hoovert, Phil… Luego también está el momento revelador sobre su relación con Brandine: ¿Cachis, Cletus, por qué has aparcao' ande' mis viejos? Ya lo sabes, porque también son los míos. 5. Hank Scorpio ¿A quién no le cae bien Hank Scorpio? Desde su primera aparición, regalando 'jugosas papayas de Popeye' a la familia cuando llegó a Cypress Creek, se ganó el corazón de la audiencia. Era el jefe que todos soñábamos con tener. No importaba que fuera un malvado genio y que Globex acabara en guerra con el gobierno americano. Era amable, atento, y con ese halo de entusiasmo por cualquier detalle. Precisamente ese halo de entusiasmo es lo que le diferencia de otros de los mejores personajes secundarios de Los Simpsons: no destaca por sus momentos estelares, por gags concretos y localizados, sino porque se ganó el corazón de todos con su actitud en un sólo capítulo. Además, le regaló un equipo de fútbol americano a Homer en gratitud por su aportación al Proyecto Arcturus. Posteriormente tuvo otras apariciones puntuales, como en Quítame la vida, por favor (temporada 20), donde se le reconocía como un filántropo, o en los cómics de Los Simpsons, que tienen historias independientes de las de los episodios de TV. 4. Moe Szyslak Nuevamente, estamos ante un personaje que no acostumbra a salir de escenario habitual: Moe regenta la -valga la redundancia- Taberna de Moe, donde básicamente sirve cerveza a los pocos clientes que la frecuentan. No obstante, tuvo algo más de protagonismo en capítulos como El flameado de Moe, cuando le robó la receta a Homer y se hizo de oro con él, hasta que el bueno de Homer, traicionado, desveló su composición hundiendo así el negocio. Lo que no sabía es que Moe lo había reconsiderado y quería compartir ganancias con él. Es conflictivo, es amargo, es agrio. Solitario por naturaleza, roza lo asocial. De quien no esperas que cierre la taberna los miércoles por la noche para ir a leer cuentos a los niños del orfanato. Su mejor aparición fue cuando decidió renovar la taberna, con la aprobación de Homer y los ¡Me gusta! y ¡Horrible! de Barney bajo la sábana. 'El Rancho Familiar del Tío Moe' fue el maravilloso resultado. 3. Barney Gumble El estereotipo de alcohólico que arruina su vida a causa de su adicción. Como quedó reflejado en algunos capítulos, podía haber sido una persona completamente normal e integrada en la sociedad. De un lado, la culpabilidad de Homer en su alcoholismo -al menos en parte-, ya que le incitó a beber por primera vez cuando eran jóvenes y Barney era un prometedor estudiante. De otro lado, la pugna con Homer por formar parte de una misión espacial de la NASA en el maravilloso Homer en el Espacio Exterior. Entre su larga, larguísima lista de mejores escenas, encontramos cuando bebió cerveza derramada en un cenicero, cuando cantaba en el aseo de la taberna y así entró a los Sol-Fa-Mi-Das, cuando se hizo novio de una parodia de Yoko Ono (destruyendo al grupo anterior, de hecho, con su Númelo 8), o cuando hizo gala de su bondad salvando a Homer y Moe de las llamas de la taberna. Eso sí, salvando antes los barriles de cerveza. Barney, aunque alchohólico, es sensible y bondadosoEs parte del alma de la serie. Es bondadoso (aunque rivalizara con Homer hasta la extenuación como quitanieves de la ciudad), tiene un buen corazón, y es sensible. Así quedó reflejado sobre todo en Ha nacido una estrella, de la sexta temporada, donde se organizó un concurso de cortos en el que Barney participó con una impresionante película en la que reconocía, con desgarradora sinceridad y emotividad, su adicción al alcohol. Ésta le valió para concienciarse de su problema, y declaró que abandonaba el alcohol para siempre. Tristemente, el premio era una dotación de por vida de cerveza Duff. Al grito de que ¡Que me la inyecten en vena...! echó por la borda su buen propósito. 2. Kirk van Houten Seguramente, el personaje más minusvalorado de Los Simpsons. Ni siquiera Matt Groening le dio la cancha que su potencial merecía, le relegó a un oscuro plano inmerecido. Como quien finaliza un viaje con la sensación de haberlo desaprovechado, queda la sensación de que sólo vimos una porción del Kirk que podíamos haber disfrutado. Nos regaló momentos inolvidables, como cuando jugando con otros matrimonios en casa de los Simpsons tuvo que dibujar la dignidad para que su mujer -otra mítica, Luann- la adivinara. Como venía haciendo en sus 37 años de vida, Kirk quedó en ridículo. Pero como también venía siendo habitual, de una forma entrañable. Pero sin duda, el momento estelar de Kirk van Houten tuvo lugar a raíz de su amargo divorcio (ocasionado por el juego anterior, "no puedo dibujar la dignidad porque la perdí cuando conocí a Luann"). Mientras Luann rehizo su vida con el musculoso Pyro, Kirk se puso una máscara de felicidad que nadie podía creer. Mítico el diálogo con Homer: Yo duermo en un coche de carreras, ¿y tú? En una cama grande, con mi mujer. Kirk poco a poco fue debilitándose y perdiendo la falsa sonrisa, que definitivamente cayó con la aparición del propio Pyro, y cuando fue despedido de la fábrica de galletas. ¿Eso es todo, después de tantos años? ¿Un 'adiós y buena suerte'? No recuerdo haber dicho 'buena suerte'. Para continuar con su triste -e hilarante- vida, conoció a Starla, una prostituta que decía ser vocalista, y que iba a ayudar a Kirk con su proyecto para convertirse en cantante. Kirk nos gusta porque nos hace sentirnos identificados con nuestros peores momentos. ¿Quién no ha pensado en coger una guitarra y cantar sobre sus penas de forma solitaria? Eso hizo Kirk. Y aquí llega su mejor momento, uno de los mejores también de toda la serie: Starla acelerando, dejándole tirado, y arrojándole su casette, para regocijo de Homer: ¿Me prestas un sentimiento? Mágico. 1. Frank Grimes "…o Graimito, como le gustaba que le llamaran" (Reverendo Lovejoy, en su funeral). Duró sólo un episodio, tristemente. Pero no podía ser de otra manera. Frank Grimes abrió un capítulo con un vídeo de su dura infancia, y lo cerró dentro de un ataúd bajando hacia la fosa mientras todos los asistentes al funeral reían por culpa de Homer. Es la magia de Grimes, el hombre que se hizo a sí mismo, que tuvo una vida horrible hasta que fue contratado por Burns para trabajar en la central nuclear. Iba a ser vicepresidente ejecutivo, pero un heroico can le quitó el puesto y quedó relegado al sector 7G. Sí, el de Homer. La incompetencia de éste hizo que Frank cayera en la desesperación y en el odio hacia él. Tuvo un final trágico, preso por la locura, muriendo electrocutado. Nos dejó frases para el recuerdo, como cuando dijo que tenía que conformarse con vivir 'encima de una bolera y debajo de otra bolera' con su tono agrio, propio de quien ha crecido sólo y a base de duros golpes. "Homer, ¿sabes quién ha mordisqueado mis…?" Epílogo No ha sido nada fácil hacer esta lista. Los Simpsons lo componen demasiados personajes, demasiado brillantes, y dejar fuera a muchos ha sido complicado. Ralph, el doctor Nick Riviera, el adorable Pepi, Apu, Nelson Muntz, Lionel Hutz, o el irrepetible Hans Topo (y muchos otros más) no es ni siquiera justo. Pero hay que quedarse con 10, y sobre todo, hay que abrir debate. ¿Quién falta, quién sobra? Mientras haya discusión, quedará claro lo importante: Los Simpsons nunca morirán.
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