Los resultados sobre la atmósfera de Marte proporcionados por el Curiosity confirman las conclusiones de unas sondas espaciales de la NASA de los años ochenta. Estas pistas no explican, sin embargo, el origen del gas metano, que podría relacionarse con el origen de la vida.
Hace algo menos de un mes, una investigación publicada en la prestigiosa revista Nature afirmaba que hace 4.000 millones de años, la atmósfera de Marte había sido rica en oxígeno.
Este importante requisito, junto con la aparente existencia de agua en el planeta rojo, nos acercaban un poquito más a la idea de que en algún momento existió (o existe) vida en Marte.
En el trabajo anterior se citaban datos sobre los meteoritos y las rocas del planeta rojo. Al parecer, según la información analizada, el oxígeno debía incidir de manera directa sobre la superficie marciana. La diferencia entre las muestras estudiadas y aquellas encontradas en el planeta Tierra solo podían deberse, según los investigadores, a la presencia de oxígeno en Marte hace miles de millones de años.
Ahora el famoso robot Curiosity ha realizado un estudio sobre la composición de la atmósfera de Marte. Los datos obtenidos no hacen sino confirmar los primeros resultados que obtuvieron las sondas espaciales Viking, de los Estados Unidos, hace algo más de tres décadas. Y las conclusiones no podían ser más sorprendentes: la atmósfera de Marte está compuesta de manera mayoritaria por dióxido de carbono (CO2).
A diferencia del planeta Tierra, donde nuestra atmósfera está compuesta por una mezcla de nitrógeno y oxígeno principalmente, parece ser que el CO2, tal y como adelantaran las sondas Viking de la NASA, es el gas mayoritario en la atmósfera de Marte. Sin embargo, existe una diferencia fundamental entre los resultados actuales y los de hace más de treinta años. Según el Curiosity, en el planeta rojo habría la misma concentración de nitrógeno que de argón (un gas noble), al contrario de lo que se estableció en el pasado (se creía que el nitrógeno era el segundo gas más abundante).
Estas diferencias en los resultados podrían deberse, según los investigadores, a errores en la precisión de las herramientas de medida utilizadas. Como explicaba Michael Mumma, científico del proyecto, "los resultados se distinguen básicamente por el nivel de detalle que presentan".
Aun así, ni las conclusiones de Viking ni las de Curiosity logran explicar la presencia de gas metano en la atmósfera de Marte. La emisión de este compuesto gaseoso es intrigante, ya que podría estar relacionada con la presencia de alguna forma de vida en el planeta rojo. En la Tierra, el metano se produce por la digestión animal y la descomposición de plantas, aunque también puede generarse a partir de procesos no biológicos.
Quién sabe si algún día, a partir de estos estudios sobre la atmósfera de Marte, podremos concluir si existe algún tipo de forma de vida en nuestro planeta vecino. Por ahora, las pistas que nos va dejando el Curiosity no hacen sino acrecentar nuestra curiosidad sobre Marte.
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