Suena cómico, pero es cierto. Dmitry Itskov, un billonario ruso quiere que los billonarios de todo el mundo aporten fondos para lograr la inmortalidad.
La inmortalidad es un sueño tan antiguo como la misma humanidad. Muchas religiones lo han ofrecido de una u otra manera: síguenos y serás inmortal. Tu alma migrará a otro cuerpo o más sencillamente resucitarás una vez muerto, como postula la religión católica. Pero nadie había explicado cómo, más allá de la creencia y la fe. Ahora Itskov se lanza a ello.
Ha establecido un proyecto llamado la Iniciativa 2045. En su página explica cuales son los pasos y lo que podemos esperar. Más pintoresco aún es pedir la solidaridad del resto de billonarios del mundo: Billonarios del mundo, unios.
Los pasos son los siguientes. Avatar A, en el que una copia remota de un cuerpo humano es controlada por el cerebro via BCI. Avatar B: se trata de un avatar en el que se trasplantará el cerebro humano al final de su vida. Avatar C: un avatar con un cerebro artificial al que se trasplantará la personalidad humana al final de su vida. Avatar D: un holograma.
Claro que surgen algunas pequeñas dudas además de la falta completa de encaje con el estado actual de la ciencia. En el caso de la religión católica, la resurrección es en cuerpo y alma. Digamos que estamos muy pegados al cuerpo, somos nuestro cuerpo y la simple resurrección del alma era poco sugerente. De modo que debía ser completa. La religión no explicó con qué cuerpo resucitaríamos: ¿el inmediato anterior a la muerte? ¿el de una persona de 20 años? Itskov tampoco se preocupa mucho de los detalles. ¿Queremos que nuestra mente viva en un avatar sin cuerpo? ¿O que este sea un robot? ¿Un holograma? Detalles al parecer sin importancia, aunque a mí me preocuparían mucho.
No menos sorprendente es la forma de financiar la iniciativa: dirigirse a los billonarios del mundo. Esto resulta doblemente cómico por un sencillo hecho. Itskov tiene 31 años y el resto de los billonarios tiene una media de 60. Es decir, ninguno llegaría a tiempo pero sí el propio Itskov. Y hablando de hechos sorprendentes, ¿cómo puede Itskov ser billonario con 31 años? Recordemos que el muro del Berlín cayó hace 23 años, cuando él tenía 8.
La carta a los billonarios no tiene desperdicio. Dice Itskov:
Honorables empresarios y empresarias, miembros de la lista de de los más ricos de Forbes: la vida humana es única e invaluable. Es sólo cuando la dejamos cuando nos damos cuenta de lo mucho que hemos dejado sin hacer, de que no hemos tenido tiempo suficiente para hacer lo que realmente queríamos o para hacer frente a algo que hemos hecho mal. Todo lo que hemos querido y amado de repente, se convierte en inalcanzable.
Hoy tienes una oportunidad única para cambiar esta situación.
Enternecedor. Toda la vida trabajando para poder ser billonario y al final te mueres. Es profundamente injusto. Lástima que yo no sea billonario para acudir a su llamada. Pero me temo que Itskov morirá sin alcanzar la inmortalidad.
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