Así lo ha confirmado el profesor de derecho de la Universidad de Ottawa, Michael Geist, a través de su página web. En la misma indica cómo unos documentos filtrados muestran que la Comisión Europea tiene previsto utilizar a Canadá a través del acuerdo de comercio CETA (que se encuentra en su etapa final de negociación) como mecanismo de puerta trasera para aplicar las disposiciones de ACTA.
Y es que cuando creíamos que ACTA había llegado a su fin, parece que la CE está empeñada en ver el tratado como una legislación europea. En la entrada en su página Geist comunica lo siguiente:
La semana pasada, el Parlamento Europeo aprobó por abrumadora mayoría el rechazo a ACTA, logrando un importante golpe a las esperanzas de los partidarios de un acuerdo histórico que sentará un nuevo estándar para la propiedad intelectual en los derechos. La Comisión Europea, que negocia los acuerdos comerciales como ACTA en nombre de la Unión Europea, se ha comprometido a reactivar el acuerdo dañado. Su movimiento de más alto perfil ha sido el de pedir al Tribunal Europeo de Justicia que se pronuncie sobre la compatibilidad de ACTA con las libertades fundamentales de Europa con la esperanza de que un fallo favorable podría permitir que el Parlamento Europeo reconsidere la cuestión.
Si bien la remisión judicial es importante, hay una estrategia alternativa secreta en la que Canadá juega un papel clave. De acuerdo a los documentos que se han filtrado recientemente, la UE tiene previsto utilizar a Canadá con el Acuerdo de Comercio de la UE (CETA), el cual está llegando a sus etapas finales de negociación, como un mecanismo de puerta trasera para aplicar las disposiciones de ACTA.
Según el documento filtrado, con fecha de febrero del 2012, Canadá y la UE ya han acordado incorporar muchas de las disposiciones de aplicación de ACTA en CETA, incluidas las normas relativas a las obligaciones generales de ejecución, la preservación de pruebas, daños, medidas cautelares, y las normativas de fronteras. Incluso una de estas disposiciones se refiere específicamente a ACTA.
Además, si acudimos a la web del profesor podremos acceder a un cuadro comparativo entre ACTA y el capítulo filtrado de CETA para poder observar las semejanzas entre ambos escritos.
Así las cosas, parece que el final de ACTA no está ni mucho menos dicho. El gobierno de Canadá es muy probable que dé el visto bueno al acuerdo, por lo que al final volvería a ser Europa quién tendría la última palabra antes de que el tratado que modificaría lo que hacemos en la red (y negociado en secreto) “resucite” a través de CETA.
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