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viernes, 22 de junio de 2012

La nave espacial Hermes, el sueño de un ingeniero de Intel

El punto final al programa de transbordadores, los recortes que sufre el presupuesto de la NASA y la gran atracción que ejerce el mundo de la exploración espacial, está propiciando la aparición de múltiples empresas y proyectos que buscan desarrollar sus propios vehículos y naves con las que, por ejemplo, transportar material a la ISS o, incluso, organizar vuelos de carácter turístico. Ejemplos como SpaceX con la nave Dragon o Virgin Galactic con la VSS Enterprise son algunos de los ejemplos más sólidos de esta “nueva industria” en la que también podemos encontrar ideas algo más extrañas como Mars One. En este grupo de “soñadores-empresarios” se encuentra Morris Jarvis, un ingeniero de Intel que reside en Mesa (California) y que fundó hace unos años una empresa de vuelos espaciales con la que está construyendo una nave espacial: la nave Hermes.

Morris Jarvis - Hermes nave 2 - Foto de Intel

Morris Jarvis fundó en 1993 la compañía Space Transport and Recovery (STAR) Systems, compaginando esta aventura con su trabajo como ingeniero en Intel y, desde entonces, se ha rodeado de un equipo de entusiastas y expertos (unas 75 personas) para llevar a cabo su sueño: construir una nave espacial que permita realizar vuelos turísticos al espacio a un precio asequible, es decir, más barato que el precio que maneja Virgin Galactic. Con esta idea, la compañía lleva tiempo trabajando en la nave Hermes, una nave con cierto parecido a los transbordadores espaciales pero de tamaño mucho menor (9 metros de largo y 7 metros de envergadura).

Esta “genial locura”, que parece sacada de un garaje, está en un estado bastante avanzado y cuenta en su haber con un prototipo con fuselaje de fibra de vidrio que se está utilizando en pruebas de túnel de viento y pruebas de aterrizaje aunque, con el tiempo, esperan poder construir la nave definitiva con un fuselaje de acero y aluminio y, lo más importante, con escudos térmicos que permitan una reentrada a la atmósfera.

Jarvis, cuya formación es la de ingeniero aeronáutico, comenzó a trabajar en los años 70 en sus propios diseños de naves espaciales y, durante años, construía sus propios prototipos en el garaje de su casa. Con el paso del tiempo decidió apostar en serio por esta afición y abordar la creación de STAR pero, como es lógico, el principal de sus problemas es la búsqueda de inversores y, por tanto, la falta de financiación.

Mi esposa está muy familiarizada con el olor del epoxy y la pintura

El equipo de STAR lleva invertidos unos 200.000 dólares de su bolsillo en el proyecto, además de la inversión personal de Jarvis con la hipoteca de su casa y unos 21.000 dólares recaudados a través de Kickstarter, sin embargo, aún andan lejos de los 10 millones de dólares que necesitan para realizar las primeras pruebas de lanzamiento de esta nave con espacio para 2 pilotos y 4 pasajeros que cuenta con el patrocinio de Intel.

Dependiendo de la financiación que encuente, Jarvis tiene en mente dos posibles vías para lanzar la nave HERMES al espacio. Por un lado, enganchando la nave a un globo que pueda subir hasta más de 30 kilómetros de altura y permita a los pasajeros (que pagarían unos 75.000 dólares por el viaje) ver la curvatura de la Tierra. La otra opción, la más cara, podría estar basada en cohetes pero ocuparían espacio en la nave y requeriría, además de mayor inversión, la retirada de 2 asientos.

Un proyecto de lo más curioso y, sobre todo, llamativo porque, según podemos leer en la página de Hermes, la construcción de la nave está siendo un complejo ejercicio de integración de sistemas.

Imágenes: Intel - Flickr





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