Ante el blackout de ayer o la postura de Obama y la Casa Blanca frente a SOPA/PIPA, desde Hollywood se ha iniciado una especie de boicot o presión contra la administración. En una serie de filtraciones y relatos en exclusiva de Nikki Kinke, de Deadline, la periodista informa que los magnates de la industria del entretenimiento han decidido dejar de apoyar al presidente Obama y no aportar más donaciones tras la nota pública de la administración y las dudas mostradas frente a SOPA.
La historia habría comenzado el sábado pasado, momento en el que la Casa Blanca lanzaba el comunicado donde expresaba su preocupación:
… no vamos a apoyar una legislación que reduce la libertad de expresión, aumenta el riesgo de la seguridad cibernética, o atente contra Internet en el mundo y su dinámica innovadora.
Poco después era Victoria Espinel quien intentaba suavizar el comunicado explicando que la piratería en Internet es “un problema grave que requiere de una respuesta legislativa seria”.
Kinkle cuenta que ha estado en contacto con muchos de los grandes magnates de Hollywood para saber su opinión acerca de la postura anunciada por la Casa Blanca. La respuesta en masa de todos ellos es algo así como “es la guerra”. Sin aportar nombres, el periodista transcribe parte de las conversaciones que ha tenido.
Uno de ellos, jefe de un gran estudio, le dijo a Kinkle que:
Nos sentimos francamente muy decepcionados por la administración Obama y por el hecho de que no nos apoye. Al menos podrían haber permanecido al margen de forma neutral hasta que tengamos la legislación adecuada. En cambio, Obama ha ido en contra. Personalmente no lo apoyaré más, no le daré ni un centavo más.
Junto a este primer relato se le fueron sumando más a la “causa” conforme tenía los encuentros. Un grupo que parece ser cada vez más amplio y que se sumarían a Rupert Murdoch, quién ya mostró su rechazo total a través de Twitter una vez que la Casa Blanca se había posicionado.
Y es que el apoyo a Obama por parte de la industria adquiere una gran dimensión si tenemos en cuenta que ya ha comenzado la carrera por la reelección. Eventos para recaudar fondos por todo el país donde los magnates son la verdadera razón de ser de estos encuentros y que ahora mismo se muestran contrarios a acercar posturas con la administración.
Cuenta Kinkle que Ted Sarandos, jefe de Netflix, es una de las personas más cercanas a Obama que está intentado acercar posturas con la industria. Alarmados por el boicot, Sarandos habría enviado una petición formal a los jefes de todos los estudios de Hollywood pidiendo mantener el apoyo a Obama en la campaña de reelección.
Kinkle dice que la respuesta de la gran mayoría es una negativa total expresando “cómo se sienten usados por el Presidente a pesar de haber colaborado todos con él a través de contribuciones a la campaña”. El mismo Gianopulos, presidente de Fox Entertainment, habría llegado a escribir a Sarandos explicándole que:
Yo y todos los compañeros de la industria no daremos más dinero hasta que no obtengamos lo que queremos.
En la transcripción aportada, otro magnate le habría comunicado un duro mensaje:
Dios sabe cuánto dinero le hemos dado a Obama y los demócratas y sin embargo ahora no están apoyando nuestros intereses. La industria ha apoyado a Obama con recaudaciones de fondos desde el primer día hasta que fue elegido. Todos estaban contentos, además, en esencia, Hollywood apoya a los demócratas.
Ahora necesitamos que la administración nos apoye, es un momento importante para Hollywood. La piratería es una preocupación legítima y sin embargo Google y los chicos de Internet ha torpedeado a la industria del entretenimiento.
Los datos aportados por Deadline nos indican que a Obama le espera una dura decisión. No sólo con Hollywood, al parecer, detrás de este boicot se encontrarían muchas de las “grandes” familias de estos magnates, todos “donantes” de Obama y los demócratas, todos gente influyente que no parará hasta que regulación sea una realidad.
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