Vale, es verdad que no se aprende a editar fotografías en cinco minutos, pero tampoco es neurocirugía — especialmente cuando se trata de hacer ediciones para todos los públicos, sencillas, rápidas y en muchas ocasiones con aplicaciones móviles, mucho más simples que los programas de edición más avanzados como Lightroom.
En cualquier caso, para editar una fotografía mínimamente —e independientemente de la aplicación o programa que se vaya a utilizar— es imprescindible entender los conceptos y parámetros de una fotografía y de qué manera éstos afectan y alteran la imagen.
Un repaso a estos conceptos —la temperatura, la exposición, el contraste, las luces altas y las luces bajas,...— es precisamente lo que explica y enseña de forma interactiva la guía de Polarr —que es, precisamente un editor de fotos que se puede utilizar online, gratuitamente y directamente en el navegador.
A apartir de ahí, ya se podrá editar cualquier fotografía sin el riesgo de cagarla (o al menos no demasiado) con cualquier editor de fotos medianamente decente. Incluso con las opciones de edición que vienen con los teléfonos móviles en la aplicación para hacer fotografías.
Más que nada se trata de saber qué tocar dependiendo de la fotografía inicial y del resultado que se quiere lograr y, en general, se trata de tocar lo imprescindible, lo menos posible. Cuando hay que tocar demasiado es que la foto ya no tiene arreglo.
Vía PetaPixel, LifeHacker.
No hay comentarios:
Publicar un comentario