Hace 25 años, en 1987, el mundo aún seguía dividido por lo que Winston Churchill llamó el “Telón de Acero” y la Unión Soviética encaraba su última fase de vida con un Mijaíl Gorbachov que permanecería en el poder hasta la desintegración de la URSS en 1991. Con la llegada al poder de Gorbachov, éste aplicó un buen número de reformas, la perestroika y la glasnost, que sirvieron para que el país se abriese algo más y se diese un buen paso para bajar el nivel de tensión que se mantenía con occidente. Aún así, el arsenal nuclear soviético y sus sistemas de defensa seguían siendo considerados como una gran fuerza disuasoria, un hecho que el 28 de mayo de 1987, tal día como hoy pero hace 25 años, quedaría en entredicho cuando un piloto alemán realizó una loca hazaña: aterrizar una avioneta, que partió de Finlandia, en plena Plaza Roja de Moscú.
Mathias Rust, un chico de 18 años que había aprendido a pilotar avionetas en Alemania Occidental y apenas tenía 50 horas de vuelo, fue capaz de poner en jaque a toda una super-potencia. El 13 de mayo de 1987, Rust salió de su ciudad natal, Uetersen, cerca de Hamburgo, para dirigirse a la ciudad de Wedel donde alquiló una avioneta Reims-Cessna F172P Skyhawk II (con matrícula D-ECJB) que había sido modificada y en vez de llevar asientos traseros tenía instalados depósitos adicionales de combustible. A los mandos de la avioneta estuvo recorriendo el norte de Europa: Islandia, Noruega y Finlandia.
En la mañana del 28 de mayo de 1987, se encontraba en Finlandia y repostó su avioneta en el aeropuerto de Helsinki-Malmi. En su plan de vuelo indicó que su intención era dirigirse hacia Estocolmo pero, tras despegar, apagó la radio, modificó el rumbo y cruzó el espacio aéreo de Finlandia hasta alcanzar las costas del Mar Báltico y adentrarse en el espacio aéreo de la Unión Soviética. Al no obtener respuesta, el control de tráfico aéreo de Finlandia supuso que Rust se había estrellado y organizó un dispositivo de búsqueda y rescate.
Adentrarse con una avioneta en el espacio aéreo soviético sin un plan de vuelo aprobado hubiera supuesto que las autoridades de la URSS hubieran contactado con el avión tras detectarlo en sus radares y, en el peor de los casos, lo hubieran derribado con algún sistema antiaéreo o enviando un MIG para interceptarlo. Sin embargo, el avión de Rust no fue interceptado y, en contra de cualquier pronóstico y para sorpresa del mundo entero, alcanzó la ciudad de Moscú, sobrevoló la Plaza Roja y aterrizó su avioneta Vasilevski Spusk, una zona cercana a la Plaza Roja y al Kremlin.
¿Cómo pudo un piloto con apenas 19 años burlar a la Fuerza Aérea Soviética, sus radares y sistemas de defensa? La verdad es que el suceso llama mucho la atención puesto que, el 1 de mayo de 1960, la URSS derribó un avión espía U2 estadounidense sobre su espacio aéreo capturando a su piloto, el piloto de la CIA Francis Gary Powers (que sería condenado a 10 años de prisión aunque solamente permanecería 2 tras ser liberado en un canje de espías). Mathias Rust no fue derribado para su suerte aunque no se libró de ser detenido por la KGB tras aterrizar.
A las 14:29, la avioneta de Rust apareció por primera vez en el radar soviético y tras intentar contactar con él y no obtener respuesta, la Defensa Aérea le asignó el código de objetivo de combate 8255. Durante un buen rato, tres baterías de misiles SAM (misiles tierra-aire) estuvieron siguiendo la trayectoria del avión pero no obtuvieron autorización para disparar. Se enviaron un par de cazas para interceptarlos que informaron haber visto una avioneta deportiva pero tampoco obtuvieron permiso para su derribo.
Pasado un tiempo los sistemas de radar perdieron la avioneta de Rust cerca de Stáraya Russa aunque volvieron a localizarlo de manera intermitente poco después pero no el tiempo suficiente como para poder cursar una solicitud de ataque. Cada zona aérea tenía su propia comandancia y, por tanto, la información no fluía entre cada una de las bases de seguimiento, lo cual hacía que la identificación se tratase desde cero cada vez que la avioneta aparecía en la pantalla de radar de una nueva zona de vigilancia. Si a eso le sumamos que cerca de Torzhok se había producido el día anterior un accidente aéreo, la avioneta de Rust fue confundida con una aeronave participante dentro del operativo de rescate y en otra zona aérea con un avión de entrenamiento.
Gracias a este cúmulo de casualidades y negligencias, sumado a que, según un buen número de expertos, se dedicó a volar a baja altura (por debajo de la cota del radar) siguiendo una vía férrea; Mathias Rust llegó a la ciudad de Moscú para aterrizar su avioneta en una zona cercana a la Plaza Roja y al Kremlin.
Varios días después del incidente, Gorbachov aprovechó el incidente para purgar los estamentos militares, que tan reacios habían sido a sus reformas. Más de 2.000 oficiales fueron cesados de sus puestos como castigo a este episodio (incluyendo al ministro de defensa y al comandante de los sistemas de defensa antiaérea).
¿Y por qué realizó este vuelo tan loco? Según comentaría Rust años más tarde, se sentía decepcionado con los resultados de la cumbre de Islandia de 1986 en la que se reunieron el Presidente Ronald Reagan con Mijaíl Gorbachov y decidió realizar este vuelo para hacer traspasar la paz por todas las fronteras.
El 2 de septiembre de 1987, Rust fue juzgado y condenado a 4 años de trabajos forzados por un delito leve de gamberrismo, violar las leyes de aviación y violar las leyes de fronteras de la URSS, además Finlandia le multó con 100.000 dólares por haber alterado el plan de vuelo y haberles hecho movilizar un dispositivo de rescate. Mathias Rust pasaría 432 días en la cárcel de Lefortovo en Moscú hasta ser puesto en libertad condicional y autorizar su vuelta a Alemania Occidental en agosto de 1988.
Tras su vuelta a Alemania, Rust entró a trabajar en un hospital para seguir cumpliendo su pena de trabajos para la comunidad pero allí apuñalaría a una compañera de trabajo (que no quiso besarle) e ingresaría en prisión con una condena de 30 meses por agresión (de los que cumpliría 15). Con los años volvería a Rusia donde trabajaría como vendedor de zapatos, luego se dedicaría a viajar por el mundo y hasta trabajaría para una firma financiera. Actualmente, Rust se ha convertido en jugador profesional de póker y de vez en cuando es entrevistado por algún medio sobre su aventura por los cielos de la URSS.
Un singular episodio que ocurrió hace 25 años y que puso en un buen aprieto a las Fuerzas Armadas de la Unión Soviética. Como curiosidad, la avioneta que utilizó Mathias Rust se conserva actualmente en el Deutsches Technikmuseum de Berlín.
Imágenes: El Espectador, Obvius, Wikpedia y Radio Free Europe Radio Liberty
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