Esto no es un simple proyecto, es un autobús con pasajeros dentro circulando como cualquier otro coche en la carretera, pero sin requerir un conductor al volante.
Los coches autónomos son uno de los temas calientes del año, pero solemos quedarnos en los prototipos y las regulaciones del futuro. En China la cosa es diferente y los conductores de autobús podrían tener menos carga laboral dentro de poco. Yutong, fabricante de autobuses en la ciudad de Zhengzhou logró transportar a varios pasajeros de forma autónoma en un recorrido, entre coches tradicionales, de 32 kilómetros superando su primera gran prueba.
Según la compañía el vehículo pasó a través de 26 semáforos, realizó cambios de carril y circulo al lado de varios vehículos como cualquier trayecto convencional, pero sin dos manos en el volante. Llegó a una velocidad máxima de 68km/h cifra acorde al resto de vehículos y diferente a muchos prototipos que circulan a velocidades mucho más lentas.
Tres años de investigación, desarrollo e implementación han servido a Yutong con la ayuda de varios expertos a desarrollar el que denominan primer autobús autónomo del mundo.
Su sistema de conducción inteligente depende de tres partes, tal y como cuenta la empresa: el sistema inteligente de control maestro, los sensores inteligentes y el sistema de control. Las tres partes actúan respectivamente como el cerebro, ojos y oídos del autobús, trabajando en extrema coordinación para que el vehículo realice cualquier operación sin movimientos impropios de un conductor humano.
En el sistema de sensores encontramos un radar láser que identifica objetos a tiempo real y cuatro cámaras, una a cada lado del vehículo. Gracias a esa visión el control maestro acelera, frena, gira y se detiene ante las señales y los otros vehículos.
Los láseres son los encargados de detectar rápidamente riesgo de colisión y adoptar las medidas más apropiadas al control de conducción, intentando minimizar los riesgos. En este caso los riesgos de accidente son mucho más bajos que en un coche normal, ya que no hay puntos muertos ni distracciones al volante además de que los tiempos de reacción de un ordenador siempre son más veloces que los de una persona.
Hay muchos prototipos y proyectos autónomos ya funcionando, pero no suele ser habitual verlos con pasajeros dentro y en una carretera rodeado de coches circulando.
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