Continuamos con nuestro repaso por algunas películas clásicas de la ciencia-ficción que todo buen aficionado debería ver y que podrían ser un buen plan para este fin de semana.
Esta semana conocíamos que el estreno de Star Wars Episodio VII se retrasaba al 18 de diciembre de 2015; un movimiento en la fecha del estreno debido a la incorporación de Lawrence Kasdan y J.J. Abrams como guionistas del proyecto. El día del estreno de la nueva entrega de la saga Star Wars es una fecha que los aficionados a la ciencia-ficción tenemos ya señalada en el calendario; un género que nos encanta y al que, la semana pasada, le dedicamos unos minutos rememorando algunos clásicos de la ciencia-ficción.
Aprovechando que es viernes y, por tanto, encaramos el fin de semana, creo que vale pena que echemos otro vistazo a los grandes clásicos de la ciencia-ficción y que aprovechemos algo del tiempo libre que tendremos estos días para disfrutar de una buena película clásica.
Fahrenheit 451 (1966)
Fahrenheit 451 es una película imprescindible, un clásico de la ciencia-ficción dirigido por el gran François Truffaut (al que recordamos la semana pasada porque encarnaba el personaje del científico francés de «Close Encounters of the Third Kind») y protagonizado por Oskar Werner y Julie Julie Christie. Esta película distópica, basada en la obra homónima de Ray Bardbury nos traslada a una época posterior a 1990 en la que los libros y, por tanto, la lectura están prohibidos:
Los bomberos de esta sociedad no se encargan de apagar fuegos, más bien todo lo contrario; su misión es quemar los libros porque, según el gobierno, los libros hacen que las personas piensen por sí mismas y eso les puede provocar angustia y ser infelices. En este contexto, Guy Montag, un bombero que cumple con su trabajo, conoce a Clarisse McClellan, una chica que está catalogada como "antisocial" porque es capaz de pensar por sí misma al igual que su familia.
Fruto de este encuentro, Guy se introducirá en el "subversivo" mundo de la lectura y comenzará a cuestionarse las leyes imperantes en su sociedad; un desencuentro que le enfrentará a su esposa (totalmente alineada con el sistema) y que hará que se desplomen los pilares sobre los que se sostenía su entorno y su forma de vida.
On the beach (1959)
On the beach es una película estrenada en 1959 que giraba alrededor de uno de los "grandes miedos" de la época: un holocausto nuclear. Dirigida por Stanley Kramer y con un plantel de estrellas de la talla de Gregory Peck, Ava Gardner, Fred Astaire y Anthony Perkins; el filme nos traslada a un escenario post-apocalíptico tras finalizar la III Guerra Mundial y donde, como nos podemos imaginar, el uso de armas nucleares ha dejado el planeta plagado de radiación.
La película, que encierra un claro mensaje anti-belicista y en contra de la Guerra Fría y la proliferación de armas nucleares, parte de la base que la III Guerra Mundial se libró en el hemisferio norte del planeta y generó una gran nube radioactiva que forzó la evacuación hacia el hemisferio sur. La historia se centra en Australia, lugar en el que vive la "gran colonia" de supervivientes de esta guerra; un lugar que teóricamente estaba a salvo de la radiación y que, sin embargo, se enfrenta al peligro porque la nube radiactiva que está asolando el planeta se acerca hacia el continente.
Ante esta situación de peligro, el Gobierno se prepara para lo peor: la muerte segura; algo que encaran con cierto pesimismo y comienzan a entregar veneno para que la gente se suicide y no mueran lentamente por la radioactividad.
The Time Machine (1960)
The Time Machine es uno de mis clásicos favoritos, una película de 1960 basada en una novela de H.G. Wells y protagonizada por Rod Taylor. La historia nos traslada a Inglaterra, a la época victoriana, donde un científico construye una máquina para viajar en el tiempo que pretende usar para viajar la futuro. Tras despedirse de sus amigos en una cena, se sube a su máquina y desaparece para transportarse al año 1917, de ahí al Londres de la Segunda Guerra Mundial (bombardeos alemanes incluidos) y, posteriormente, a un holocausto nuclear que tiene lugar en Londres en 1966.
Fruto de la explosión, el protagonista ve cómo su máquina lo transporta al año 802.701; una época en la que el planeta que conocía ha cambiado por completo y donde viven los Morlocks que tienen sometidos a los Eloi. Este statu quo se verá alterado por la llegada de este viajero en el tiempo y le hará encabezar una revuelta en este futuro tan lejano.
The War of the Worlds (1953)
The War of the Worlds es uno de los grandes clásicos de la ciencia-ficción, la primera vez que se llevó a la gran pantalla el clásico de H.G. Wells que el gran Orson Welles inmortalizó en aquella mítica emisión de radio (que llegó a provocar la histeria en aquellos que no sabían que estaban ante una historia de ficción).
La película fue dirigida por Byron Haskin y, con respecto a la historia original, la trama se traslada al sur de California, al pueblo de Linda Rosa (que es el lugar en el que caerá el famoso meteorito). Además de trasladar la situación geográfica en la que se desarrolla la historia, la película (que por cierto ganó el Oscar a los mejores efectos) se alejó en algunos otros aspectos de la historia original, las naves alienígenas estaban muy cercanas al cliché de la época y, siguiendo la corriente de la época, se introdujo el uso de bombas nucleares contra la invasión alienígena.
Dejando a un lado estos cambios y adaptaciones, el núcleo de la historia no cambia; el meteorito no es más que una tapadera, un "caballo de Troya" que esconde unos extraterrestres hostiles que atacan a los humanos y quieren invadir el planeta. Las armas del Ejército de Estados Unidos y los Marines no sirven de nada y la población huye hacia las montañas rocosas en busca de refugio de una invasión que parece no poder detenerse. Sin embargo, "sin hacer nada", los extraterrestres caerán presa de "algo natural" que, tristemente, hoy en día hemos convertido en arma: bacterias y virus.
La Jetée (1962)
La Jetée es una curiosa película francesa estrenada en 1962 y que apenas dura 28 minutos; una obra del director Chris Marker filmada en blanco y negro y que alterna fotografías e imágenes en movimiento (un hecho que hizo que el director siempre catalogase esta obra como una fotonovela).
El film, al igual que en «On the beach», nos transporta a un futuro que intenta sobrevivir a una guerra atómica: la III Guerra Mundial. París es una de las ciudades que quedan destruidas en este conflicto y los supervivientes viven en el subsuelo para evitar la radiación existente en la superficie. En estas ciudades subterráneas se realizan experimentos con los prisioneros de guerra y, dentro de estos experimentos, se proponen viajar en el tiempo para conseguir comida, recursos o medicinas del pasado.
Seleccionarán a un hombre traumatizado desde la niñez tras ver la muerte de una persona en un aeropuerto años antes de la guerra; el protagonista volverá al pasado, al aeropuerto que forma parte de su trauma y allí se encontrará a una mujer que vio en su niñez. Sus viajes al pasado servirán para entablar una relación con esta mujer pero siempre termina volviendo al futuro como parte del experimento.
Una singular película que, aunque no sea muy conocida, ha sido fuente de inspiración de Terry Gilliam para 12 monkeys e, incluso, para el videoclip de «Jump, They Say» de David Bowie.