jueves, 12 de febrero de 2015

Un filamento de casi un millón de kilómetros se forma sobre el Sol

Un filamento de casi un millón de kilómetros se forma sobre el Sol

Un filamento solar de casi un millón de kilómetros ha aparecido estos días sobre la corona del astro rey. Una monstruosa longitud que equivale a más de 67 planetas tierra unidos en su diámetro.

Desde el pasado día 10 de febrero, el Solar Dynamics Observatory viene detectando el increíble crecimiento de un monstruoso filamento solar. En estos momentos la oscura línea que cruza la superficie del sol mide casi un 1 millón de kilómetros. Es como si alineáramos más de 67 planetas tierra. La imagen que genera es, como mínimo, espectacular si no inquietante. No sabemos hasta cuando durará el evento solar ya que podría volver a caer sobre el astro rey en cuestión de minutos, horas o días. O bien podría explotar hacia fuera, en vez de caer sobre la corona, formando "pequeñas" nubes de material. Cada vez sabemos más de nuestra estrella pero todavía son muchísimos los misterios que nos quedan por desvelar.

¿Qué es un filamento solar?

El filamento solar no es otra cosa que un monstruoso hilo de material más frío y denso que flota sobre la capa superficial, o corona, del sol. Están constituidos esencialmente por gas y se forman debido a la actividad magnética tan frenética que se produce en el sol. En un momento dado se genera un bucle magnético que eleva parte del material, el cual se enfría y se vuelve más denso. Por esto mismo, al capturar las imágenes en diversas longitudes de onda el filamento se ve recortado en oscuro contra la corona, mucho más caliente. Los filamentos que vemos de lateral, por su posición con respecto a nosotros, se aprecian como un tirabuzón brillante y son denominados protuberancias.

Cuando el campo magnético se vuelve inestable, el filamento comienza a caer sobre la corona, de nuevo, en un proceso que puede durar un tiempo muy variable. Otra cosa que puede ocurrir es que el filamento solar termine "explotando" y emitiendo su masa forma de protones y electrones, así como algún átomo más pesado, hacia el espacio. Este proceso, denominado CME (Coronary Mass Ejection) es el causante de lo que llamamos tormenta solar que puede alcanzarnos provocando diversos tipos de efectos, algunos potencialmente peligroso para nuestros sistemas de comunicación. Por suerte, esta actividad solo ocurre cada cierto tiempo (unos 11 años) aunque todavía hay mucho que descubrir sobre la dinámica solar.

No es el primero, ni el último

Efectivamente, este enorme filamento solar no es el único que hemos podido observar. De hecho, tampoco es el más grande, aunque tampoco tenemos claro cuál ha podido ser. Eso sí, en otras ocasiones se han podido apreciar filamentos solares de casi un millón de kilómetros. En 1859 ocurrió un evento solar que llegó a interrumpir, incluso, el servicio de telégrafos y pudo verse una aurora boreal en lugares tan dispares como Hawai o Roma. Si nos venimos a un tiempo más moderno, en 2003, otro evento solar saturó los instrumentos da varios satélites durante 11 minutos, aunque prácticamente no lo notamos. El pasado 20 de octubre, la NASA detectó una llamarada de de clase X1.1, bastante violenta, que no tuvo más consecuencias que la ligera alarma entre la comunidad científica y algunas espectaculares imágenes.

filamento solar

Erupción de octubre de 2014. Fuente: NASA.

Con esto quiero decir que este filamento solar no tiene mayor importancia. No es la primera vez que vemos un evento solar impresionante pero prácticamente inofensivo, así que no hay motivo para preocuparse. Efectivamente, los eventos solares, las tormentas de radiación y demás sucesos pueden afectarnos directamente y con cierta gravedad. Pero hasta ahora, aparte de algunos momentos críticos y daños en nuestros sistemas de comunicaciones, todavía no nos hemos enfrentado a un evento que nos haya puesto en serio aprieto, todavía. Para ello tenemos a miles de investigadores tratando de desvelar los misterios del sol y poner soluciones a los posibles problemas que pudiera ocasionarnos nuestro astro rey en su intensa y magnífica actividad.








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