miércoles, 24 de julio de 2013

¿Las impresoras 3D perjudican seriamente tu salud?

Osamu Iwasaki (Flickr)

Un estudio realizado por investigadores franceses y norteamericanos alerta de los posibles peligros para la salud que podrían tener las impresoras 3D. ¿Qué hay de cierto en esto?

Cuando una nueva tecnología ve la luz, y entra con fuerza en el mercado, las posibilidades que se abren ante nosotros son infinitas. Pero también las expectativas, y en muchas ocasiones, también los escepticismos. Este ha podido ser el caso de la irrupción de las impresoras 3D o, incluso, salvando las distancias, del grafeno.

Publicitados como los avances tecnológicos más importantes del siglo XXI, sus usos y posibilidades nos dejan con la boca abierta en muchas ocasiones. Personalmente, cada vez que leo una noticia sobre la impresión 3D, me quedo asombrada de lo mucho que puede llegar a cambiar el mundo en los próximos años.

Pero no nos engañemos. Siempre que una tecnología irrumpe con fuerza en nuestras vidas, llámese impresoras 3D, llámese incluso Internet, existe una corriente que tiende a rozar las previsiones apocalípticas en sus comentarios y estudios. Lo vemos perfectamente con la red de redes: en lugar de ponderar los beneficios de Internet, no hay día que no escuchemos premoniciones sobre lo adictivo que es, o el grave peligro de las redes sociales.

"Siempre tendemos a ver el vaso medio vacío de las nuevas tecnologías, alertando de hipotéticos problemas de salud"

Esta tendencia por el ver el vaso medio vacío a todo lo que huela a nuevo avance tecnológico tenía que llegar, tarde o temprano, a las impresoras 3D. Hoy en The Verge sacaban un artículo alertando de los peligros sanitarios que podrían causar las impresoras 3D en casa. La noticia se basaba en un estudio realizado por investigadores del Instituto de Tecnología de Illinois (EEUU) y del Instituto Nacional de Ciencias Aplicadas de Lyon (Francia).

Si analizamos el trabajo publicado, sí se observa que las impresoras 3D que utilizan polímeros de tipo ABS o PLA son emisores de partículas ultrafinas (UPF), similares a las que emite un cigarrillo cuando está encendido. Según el artículo, las impresoras 3D potenciarían la emisión de este tipo de partículas, y debido a que estas pueden acumularse en los pulmones y pasar al torrente sanguíneo, podrían darse problemas de salud, tales como cáncer o asma.

¿Significa esto que las impresoras 3D provocan tumores? No. Y es más, una lectura más sosegada del artículo, nos deja un párrafo para pensar tranquilamente:

Several recent studies have also reported size-resolved and/or total UFP emission rates from a variety of other consumer devices, appliances, and activities such as laser printers, candles, cigarettes, irons, radiators, and cooking on gas and electric stoves

¿Vamos a dejar de usar velas, radiadores o la plancha por el hecho de que emitan partículas ultrafinas que pueden provocar un hipotético daño en nuestra salud? No nos lo planteamos, ¿verdad? ¿Por qué lo hacemos entonces con los nuevos avances tecnológicos? Está claro que este trabajo debe servir a las compañías fabricantes de impresoras 3D para instalar y fijar sistemas de filtración de partículas más potentes en este tipo de aparatos.

Pero de ahí a decir que las impresoras 3D perjudican la salud hay un trecho, y esa noticia cogida con pinzas solo sirve para aumentar el número de personas que ven la tecnología con recelo. Precaución y cuidado de la salud sí, pero sin mirar los nuevos avances desde una perspectiva histérica.



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