miércoles, 4 de julio de 2012

La risa, incontenible, sincera, social, falsa o amistosa

LOL. La risa es una facultad maravillosa y compleja. Tanto que solo ahora comenzamos a asomarnos a su rica expresión. ¿Cuántas risas hay, por qué nos reímos, qué nos ocurre al hacerlo? La risa es un asunto muy serio.

La risa espontánea

La risa es un comportamiento universal. Todas las culturas ríen. Allí donde vamos reconocemos lo que pasa por la cabeza del otro cuando se ríe y sabemos lo que significa. La risa es innata. Los niños ciegos y sordos de nacimiento ríen. Más aún, la risa no es exclusivamente humana. Nuestros primos, los grandes simios como el gorila o chimpancé ríen. Ríen incluso las ratas. El estudio de su comportamiento indica unas grandes similitudes con la risa humana. Tanto en ratas como en humanos la risa aparece en los primeros contactos con sus cuidadores.

La risa es una fuerte expresión vocal de emoción positiva. La risa involucra la respiración, la fonación, los movimientos de la cara y a veces todo el cuerpo. En el cerebro se activa el sistema límbico, responsable de las emociones. Cuando nos reímos los músculos intercostales se contraen repetidamente, lo que fuerza al aire a salir con más fuerza que al hablar e interfiere en el habla que es una expulsión más controlada de aire. El sonido de la risa es más fuerte y agudo que el del habla.

La risa es una facultad que se va perdiendo con la edad. Los niños ríen 300 veces al día y los adultos apenas 80. Muchos adultos no ríen en absoluto. Quizá porque ya nada les sorprende. Quizá porque faltan las hormonas o las fuerzas. Quizá por el cambio de su comportamiento social.

Porque si hay algo claro de la risa es que es un comportamiento social. La risa no solo ocurre cuando se hacen o se leen bromas. Sucede sobre todo cuando estamos con otros. Hasta 30 veces más nos reímos en su presencia. Nos reímos más si nos gusta la gente con la que estamos o si queremos gustarles. Cuando estamos con los amigos y nos reímos, manifestamos nuestros lazos de unión con ellos mediante la risa.

La risa es físicamente muy contagiosa. Existe un cierto tipo de neuronas llamadas neuronas espejo. Si veo a alguien agarrar un objeto, en mi cerebro se activan las neuronas responsables de los movimientos de agarrar objetos. Ponerme en lugar del otro significa reproducir mentalmente su acción. Las neuronas espejo están muy presentes en la risa. Cuando oyes una risa se activan las mismas regiones cerebrales que controlan el movimiento facial de la propia risa. Esta activación es una incitación a unirnos a la risa de los otros.

Existen dos tipos de risa. ¿Solo dos? Al menos dos distinciones muy claras. Una es la risa espontánea, natural incontrolable, que surge de manera inconsciente y que apenas sabemos explicar su motivo. La otra risa es la risa social, la risa fingida, la risa de agradar. Se están realizando estudios con resonancia magnética fMRI en la que cómicos hacen reír a los sujetos y se mide su actividad cerebral. Existe una distinción muy clara. La risa espontánea es simple. Su firma neuronal se está identificando. Existe una red neuronal de la risa. La risa social es más compleja. Involucra áreas mucho mayores del cerebro. Tratamos de saber lo que el otro está pensando con la risa falsa, por qué se ríe. Si la risa es real, es fácil entender el motivo. En general distinguimos perfectamente las dos risas, la espontánea y la social.

¿Por qué nos reímos? Es una incógnita por qué un hecho simple provoca esa incontenible expresión, a menudo contra la propia voluntad que tiende a reprimir una manifestación tan escandalosa. Nadie tiene la formula para crear el mejor chiste, la mejor broma. Nos reímos de una situación absurda, de un choque entre lo que esperamos y lo que resulta ser, de una expectativa no cumplida, de una asociación no esperada. Pero también nos reímos de la desgracia ajena. Alguien se cae y se da un golpe terrible y la risa brota de la boca de todos los asistentes. Se ha hecho mucho daño, pero tú te retuerces de la risa hasta tener que apoyarte o caer. Entiendes que no es humanitario reírte del tremendo porrazo, pero no puedes parar.

Y tú, ¿cuándo te has reído la última vez? ¿cuándo te has reído sin control? ¿cuándo te has reído tanto que has estado a punto de tener un problema?





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