viernes, 17 de febrero de 2012

Los canadienses cuentan su vida en Twitter para demostrar la estupidez de la ley de vigilancia


Canadá se despertaba esta semana con una terrible noticia. Los ecos de esas regulaciones “hermanas” impulsadas desde Estados Unidos se instalaban en el país. Bajo el nombre de C-30, el partido conservador presentaba una ley de monitorización en la red donde se le daría plenos poderes a la policía para la vigilancia de cualquier ciudadano sin orden judicial. Ni rastro de la privacidad que se ha saldado con un movimiento de los propios ciudadanos lleno de ironía: un hashtag en Twitter dirigido al ministro contándole los pormenores de la vida de cada uno. Un mensaje que a las pocas horas se ha convertido en trending topic mundial.

Y es que la polémica en torno a C-30 llegó nada más conocerse. Como en otras ocasiones, la regulación se ampara en situaciones ajenas a la privacidad para intentar salir adelante. En este caso se formuló con el fin de erradicar la pornografía infantil. Bajo esa premisa, el partido conservador llegó a tildar a toda la oposición que ha tratado de bloquearla de promover este tipo de actos si no se ponían de su lado. Un debate absurdo que venía a decir que, o estabas de su parte o eras pedófilo.

Como decía, amparados en este argumento tratan que el proyecto se apruebe en la Cámara de los Comunes. Una ley que conlleva la pérdida de privacidad de cada ciudadano/usuario y que ha sido impulsada por el ministro Vic Toews.

C-30 le daría a la policía plenos poderes para hacer frente a la delincuencia que opera en la red, tantos, que el proyecto requeriría que todos los proveedores en la red entregaran la información de sus clientes a petición de las fuerzas de seguridad sin necesidad de orden judicial. La información podría incluir el nombre de la persona, dirección, número de teléfono, correo electrónico o dirección IP. Dicho de otra manera y trasladado al mundo real, sería como aprobar las escuchas telefónicas de cada ciudadano sin necesidad de orden judicial.

Ante esta aberración, los ciudadanos han tomado el camino de la ironía. En lugar de escribir cartas o enviar correos de denuncia sobre esa invasión a la privacidad, los usuarios han utilizado Twitter como medio de expresión. Si de lo que se trata es de conocer todo acerca del individuo, ya se encargan ellos de comunicarlo.

Bajo el hashtag #TellVicEverything, cada uno se ha dedicado a contar los pormenores de su vida cotidiana, detalles y nimiedades con las que demostrar su desacuerdo incluyendo en los mismos al impulsor de la ley. El humor y el sarcasmo era el sello principal de cada uno de ellos:

…don’t like you… I lost an email from my work account yesterday. Can I get your copy?… I used soy milk in my cereal today. Still on the fence about it…

A media tarde del día de ayer #TellVicEverything se había convertido en trending topic en el país, pasando a ser tema mundial a las pocas horas.

Y aunque parezca mentira, este movimiento tan simple parece haber llegado al propio gobierno. El comisionado en el país en materia de privacidad a alertado sobre el proyecto de ley y la gravedad de su redacción.

Finalmente, el propio Toews hablaba de la legislación indicando que la policía no podría realizar ningún seguimiento en la red sin orden judicial. A su vez, el gobierno comunicó que va a considerar todas las enmiendas a la legislación en su camino a través de la Cámara de Comercio.

Un cambio importante ante una propuesta, que, como SOPA o PIPA, trataba de salir adelante sin el consenso de todas las partes, incluidos sus principales protagonistas, los ciudadanos.





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