Dejarse picar por abejas en 75 ocasiones, descocer un huevo, besarse intensamente o determinar el tiempo que tardamos en orinar. Éstos son algunos de los trabajos premiados en los Ig Nobel 2015.
¿Quién dijo que los investigadores no sabían reírse de sí mismos? Tan disparatada y única como siempre, la entrega de los Ig Nobel 2015 ha vuelto a celebrarse en el Teatro Sanders de la Universidad de Harvard. La ceremonia, que en esta vigésimo quinta edición ha utilizado el concepto de "vida" como hilo conductor, ha dado a conocer los diez trabajos galardonados por estos premios, destinados no sólo a hacernos reír como parodia de los Nobel, sino también a hacernos pensar. Según Improbable Research, los galardones Ig Nobel tienen como objetivo premiar lo inusual, es decir, reconocer a aquellas investigaciones tan extraordinarias como imaginativas.Creados para hacernos reír, los galardones Ig Nobel también quieren hacernos pensar
En esta ocasión, diez científicos galardonados con el Premio Nobel -el de verdad- han participado en una entrega divertida, cargada de humor e ironía. Así hemos visto a Jack Szostak, Carol Greider o Frank Wilczek participando por ejemplo en los charlas 24/7 (en las que disponen de 24 segundos para contar su trabajo, que posteriormente deberán resumir en sólo siete palabras). Canciones, juegos y lanzamientos de aviones de papel han sido algunos de los sketches preparados para una gala que ha reconocido estas asombrosas y hasta excéntricas investigaciones con los Ig Nobel 2015:
De huevos y emprendedores
El pasado enero, científicos de la Universidad de California lograban descocer un huevo, un resultado que rayaba lo inverosímil y despertaba nuestro asombro. El científico Gregory Weiss se justificaba explicando que "no estaban interesados en el procesamiento de los huevos, sino que su trabajo podría tener un impacto de hasta 160.000 millones de dólares en la industria farmacéutica o alimentaria". Sus explicaciones convencieron al jurado de los Ig Nobel, que les otorgó el galardón de Química al principio de la ceremonia."Huh?" es una expresión universal, una conclusión igual de útil que la Ley de la Micción
Si estudiar cómo deshervir un huevo no nos parece suficientemente extraño, debemos entonces conocer el segundo Ig Nobel de la noche: el de Física. ¿Alguien había pensado alguna vez cuánto tarda un mamífero en vaciar su vejiga? Esta fue la pregunta que se hicieron desde el Instituto Tecnológico de Georgia en Estados Unidos, y ni cortos ni perezosos, comenzaron a realizar experimentos de dinámica de fluidos para determinar la Ley de la Micción. Las conclusiones, a medio camino entre la carcajada y el asombro, son claras: la duración -similar en todos los mamíferos- es de 21 segundos.
¿Eh? En el caso de haberte sorprendido con el dato anterior, es posible que te hayas hecho esta pregunta. Pero si tu lengua materna fuera el inglés, la expresión de tu cara sería similar y habrías pronunciado algo así como "Huh?" Para determinar que este término era universal, investigadores holandeses publicaron un artículo en PLoS One comprobándolo. Las conclusiones merecieron, según Improbable Research, el Ig Nobel en la categoría de Literatura.
Sí, algo así.
De la literatura al emprendimiento, o mejor dicho, al Ig Nobel sobre Gestión. ¿Crees que lo que no te mata te hace más fuerte? Según esta investigación, el proverbio es erróneo. "Lo que no te mata, te hace amar el riesgo". Eso es al menos lo que descubrieron científicos de Cambridge, Oregón y Singapur al analizar el comportamiento de varios ejecutivos de empresas y relacionarlo con sus vivencias de infancia y juventud. Aquellos que habían sufrido desastres naturales en primera persona, tendían a tomar decisiones más arriesgadas en sus compañías. Cuanto menos, curioso.
El riesgo, sin embargo, no va con la policía de Bangkok, o al menos con sus dirigentes. El Ig Nobel de Economía de 2015 premia a estas fuerzas tailandesas por ofrecer pagas extras a sus mandos si éstos rechazan recibir sobornos. ¿El fin de la corrupción? Una idea brillante (o no), recogida por Reuters el año pasado, con la que se pretendía "limpiar la imagen de la policía de Bangkok".
¿Besos intensos? ¿888 hijos?
¿Besarse intensamente nos hace tener tantos descendientes? No tan rápido. Lo cierto es que los Ig Nobel de Biología y Matemáticas de este año pueden llevar a la confusión. La culpa la tiene un estudio, coordinado por Hajime Kimata, en el que se evaluaban las consecuencias biomédicas de los "besos intensos". Tal y como señalaba The Harvard Crimson hace más de una década, besarse durante treinta minutos puede reducir las reacciones alérgicas al polen. Como para dejar de hacerlo, ¿verdad?
Quien no lo dejó de hacer -al menos si nos atenemos a los datos históricos- fue Mulay Ismaíl, que reinó con el apodo de El Sanguinario en el siglo XVII. El Sultán, fallecido a la edad de 55 años, tuvo 888 hijos según algunas crónicas. ¿Pero es posible tener esa capacidad reproductiva? Científicos de la Universidad de Viena y de la Academia Húngara de Ciencias desarrollaron un algoritmo, publicado en PLoS One, para conocer si la leyenda era algo más que un mito histórico. Sus cálculos, premiados con el Ig Nobel 2015 en Matemáticas, muestran que pudo ser factible que tuviera más de 600 descendientes: sólo le bastaron 32 años y mantener relaciones sexuales con 65 mujeres diferentes.
Cuando parecía que los juegos y las escenas divertidas y absurdas no daban para más, llegó el Ig Nobel de Biología. De nuevo, un trabajo difundido en PLoS One llamaba la atención del jurado. ¿Podían los pollos caminar como alguna vez lo hicieron los dinosaurios? La implantación de una "cola" externa hacía que las aves modificaran sus movimientos adquiriendo un estilo similar a los de los extintos dinosaurios. Al recibir el galardón, los científicos hicieron una demostración del estudio, en versión pollo y humano, como se ve en la imagen destacada del artículo.
El ritmo de la ceremonia, después de que los investigadores caminaran como pollos y dinosaurios, parecía ir en aumento. La entrega del Ig Nobel en Diagnóstico médico reconoció un trabajo publicado en la prestigiosa British Medical Journal, en el que se daba a conocer un nuevo método para detectar la apendicitis aguda. El dolor experimentado al pasar con el coche por encima de badenes de carretera se correlaciona con la gravedad de la enfermedad. El dibujo es sumamente revelador:
La sucesión de premios durante la ceremonia llenaba a los espectadores de asombro, sonrisas y sorpresas. ¿Es posible que se haya investigado eso?, se preguntarían muchos. Pero el verdadero momento álgido de la noche llegó al final de la gala, justo en el instante en que se dio a conocer el Ig Nobel de Fisiología. Los asistentes a la ceremonia celebrada en Harvard comprobaron atónitos cómo un investigador, Justin O. Schmidt, se había dejado picar por todo el cuerpo por abejas, con el único propósito de comprobar qué zona le quedaba más dolorida.
"That's science", dirán algunos. "Está loco", afirmarán otros. Sea como fuere, este estudio entomológico sirvió para demostrar qué partes del cuerpo son las más sensibles a los picotazos de abeja. Como se observa en la ilustración recogida por National Geographic, la aleta de la nariza, el labio superior y el pene son las zonas más doloridas.
El estudio, que según Materia fue repetido tres veces por Schmidt en 25 puntos de su cuerpo, ayudó a elaborar un índice de sensibilidad ante los picotazos de abejas. Útil o no, lo cierto es que esta investigación refleja muy bien el espíritu de los premios Ig Nobel: nos despiertan una sonrisa o una mueca de asombro, al mismo tiempo que nos hacen pensar y conocer nuevos descubrimientos -por ínfimos o absurdos que éstos puedan resultar a veces-.